EDITORIALA
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La salud pública no puede ser una cuestión policial

La Ertzaintza y Osakidetza firmaron en tiempos de pandemia un protocolo de colaboración con el objetivo de «conseguir contactar y aislar a los casos positivos o los contactos estrechos». Que el Departamento de Seguridad haya pedido que el protocolo –que recoge hoy GARA– no se publique ya supone un primer indicio sobre las extralimitaciones en las que incurre.

El protocolo recoge los pasos que debe dar la Red de Vigilancia de Osakidetza para solicitar a la Ertzaintza que contacte a positivos o contactos estrechos a los que no ha podido contactar por vías habituales. Parece lógico que, ante la falta de personal en el sistema público de salud, Osakidetza busque la ayuda de otras instancias. Que ese apoyo de simple notificación recaiga sobre la Ertzaintza, sin embargo, indica que probablemente haya más policías de los realmente necesarios, y menos empleados públicos civiles que los requeridos. Pero es que el protocolo va más allá de la simple notificación. También insta a la Ertzaintza a comprobar si el aislamiento está cumpliéndose y a identificar a quienes se encuentren en un domicilio si no se dispone de «la filiación de las personas convivientes».

Más allá de las dudas legales que plantean estos dos últimos puntos –sobre todo ahora que no está declarada la emergencia sanitaria–, conviene poner el foco en el enfoque obsesivamente securócrata que Lakua ha aplicado a lo largo de la pandemia y la ligereza con la que ponen en solfa las bases del estado de derecho. Que haya personas que se salten el confinamiento supone, efectivamente, un problema de salud pública, pero es que la salud pública nunca puede abordarse, exclusiva o prioritariamente, por la vía policial. Son imprescindibles enfoques integrales que tengan en cuenta los determinantes socioeconómicos de la salud, que no criminalicen a las personas afectadas y ayuden a crear un clima de confianza entre las autoridades sanitarias y la ciudadanía. El enfoque policial recogido en el protocolo va en la dirección opuesta a este enfoque.