Mikel INSAUSTI
CRÍTICO CINEMATOGRÁFICO
MIKEL INSAUSTI

¿Quién mató al tío Walt?

Fue el tabaco. En estos temas es mejor no andarse con rodeos e ir directo al grano. Walt Disney murió a los 65 años, víctima de un cáncer de pulmón causado por su condición de empedernido fumador. Fumaba desde los 16, cuando durante la I Guerra Mundial se alistó como conductor de ambulancias de la Cruz Roja, falsificando su partida de nacimiento para hacer ver que ya había cumplido los 17.

Consumía más de una cajetilla diaria de Lucky Strike, y su grado de tabaquismo era tal que llegó a abrir un estanco en Disneylandia, en un parque infantil. En los años 90 fue cerrado de acuerdo con la nueva política de la empresa, que en la década posterior ya pasaría a la prohibición expresa de mostrar a personajes fumando en las películas del estudio.

Las normas de la casa se han convertido en un serio problema a la hora de hacer una producción de trasfondo biográfico como «Saving Mr. Banks», centrada en la difícil relación entre el tío Walt (Tom Hanks) y la escritora australiana P.L. Travers (Emma Thompson) durante las negociaciones para la adaptación cinematográfica de «Mary Poppins».

A pesar de su talante conservador, al realizador John Lee Hancock se le ha hecho muy cuesta arriba la imposiblidad de mostrar al personaje real sin su cigarrillo en la mano. Se defiende diciendo que lo muestra en una breve toma haciendo el gesto de apagar un pitillo, aunque ni se llegan a ver restos de tabaco, o ni siquiera algo de humo.

Está claro que Disney sigue siendo un mundo de fantasía, donde la realidad y los vicios humanos no tienen cabida.