Alvaro Reizabal
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JO PUNTUA

El vermú en la herriko

Profesionales del victimismo y tertulianos de la caverna coincidían en los medios en dar soluciones al revés con criterios jurídicos de profundo calado: se tira la sentencia a la papelera y no se cumple

Ya en reciente ocasión confesaba mis temores por el signo de la sentencia de la Gran Sala del Tribunal de Estrasburgo en el tema de la famosa doctrina 197/2006, pues, aunque jurídicamente el asunto era meridianamente claro, eran muchos los huevos que España había puesto en esa cesta, tal como se comprobaba por las múltiples presiones que desde el Gobierno se venían ejerciendo de diversas maneras, entre otras, en forma de declaraciones de diversos miembros del Gabinete, incluido el habitualmente mudo Rajoy. Afortunadamente esos temores no se han visto confirmados y la sentencia, poniendo las cosas en su sitio, ha declarado la ilegalidad del secuestro de decenas de presos desde 2006.

Con la habitual cantinela de los malos perdedores, los que antes presionaban empezaron a hablar de ingeniería jurídica y otros eufemismos para evitar cumplir el mandato de la justicia europea. Profesionales del victimismo y tertulianos de la caverna coincidían en los medios de comunicación en dar soluciones al revés con criterios jurídicos de profundo calado: se tira la sentencia a la papelera y no se cumple.

La realidad es terca y a la judicatura española no le ha quedado otra que tragar, acatar y cumplir, lo que está haciendo que, aunque poco a poco, vayan saliendo en libertad los que han padecido detención ilegal durante años. Es la consecuencia, en relación de causa-efecto de un proceder tan torticero.

Y la reacción de los perdularios no ha podido ser mas virulenta: los de a pie, la infantería, van a las cárceles a insultar y zarandear a quienes recobran la libertad, y, los que mandan, anuncian nuevas leyes a la carta, para que los liberados no puedan cobrar el subsidio de excarcelación, que a todo preso corresponde legalmente.

Se proponen, además, crear medidas de excepción para embargarles sus inexistentes bienes, incurriendo, otra vez mas, en una forma de legislar expresamente dirigida a discriminar negativamente a un concreto grupo de ciudadanos, algo, que por tanto, contraviene toda la normativa internacional y hasta la, otras veces, sacrosanta Constitución. Así que, tampoco sería de extrañar que en el futuro vuelvan a tenerse que comer sus normas ilegales con patatas.

En este Orfeón No Donostiarra, brilla en el firmamento de las ondas, como estrella con luz propia, un comunicador matutino que no puede permanecer impasible viendo salir presos de la cárcel de Herrera. Bueno, ni de Herrera ni de ninguna. Por eso, el otro día felicitaba al Gobierno por su anuncio de modificar la Ley de Empleo para privar a los excarcelados del subsi- dio (hablamos de 426 euros. durante un máximo de 18 meses).

Con su habitual gracejo, el parlanchín proclamaba que los españoles no tienen por qué pagar el vermú de los etarras en la Herriko taberna. Monumental mamarrachada. Para eso, los amigos, que con ese pastón no llega ni para pipas, y menos para vermú, salvo que se los tomen en el bar del Congreso. Pues eso.