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Obama y Raul Castro celebran a Mandela con un histórico apretón de manos de reconciliación

Aunque no está claro si fue calculado o casualidad, el apretón de manos de los líderes de EEUU y Cuba en el funeral de Mandela estuvo cargado de simbolismo. Los viejos enemigos desde la revolución cubana y con más de medio siglo de embargo contra la isla caribeña, aunque brevemente, dejaron atrás su enemistad y depararon el que seguramente fue el momento de la ceremonia. Una rara ocasión de reconciliación internacional que contagió el estado de ánimo de los asistentes. Y todo ello, con el mensaje de Nelson Mandela dominando el ambiente, un Obama que en su homenaje al «ultimo liberador del siglo XX» animó al resto de los líderes a seguir su labor de paz, y las buenas relaciones del ANC y Cuba, y la gran amistad de Madiba con Fidel Castro como referentes.

Aunque Obama dijera en su discurso que hay líderes que reivindican su solidaridad con la lucha por la libertad de Mandela que luego no toleran el disenso entre su propia gente, sabe que el apretón de manos sera controvertido y copará titulares a su vuelta a casa. Fue un gesto con riesgos. Pero solo los que arriesgan, los que traspasan fronteras propias y ajenas, pueden aspirar a un liderazgo con huella en la historia.