El buen año que lleva el Ibex pudiera empañarse en las sesiones que quedan por las dudas sobre la retirada de los estímulos económicos en Estados Unidos, el ritmo bajo del crecimiento en Europa y, como es habitual, el interés de los inversores en tomar plusvalías y presentar un balance de rentabilidad atractivo. Ayer, en su nuevo intento de remontar sobre los 9.500 puntos, el Ibex se estrellaba contra la salida negativa de Wall Street y se iba a pique hasta hundirse por debajo de los 9.400 puntos. El acuerdo de demócratas y republicanos sobre el presupuesto para no repetir el espectáculo de la suspensión temporal de servicios federales en EEUU y la contención de la prima de riesgo del Estado español en el entorno de los 220 puntos no ilusionaron a los inversores, que volvían a dar sensación de inseguridad ante lo que pueda suceder en la reunión de la Fed de la próxima semana. En este contexto, el Ibex daba otra muestra de agotamiento, y caía hasta los 9.358,70 puntos, tras dejarse un 0,84%. París (-0,10%), Londres (-0,14%) y Fráncfort (-0,41%) repetían su gráfica, aunque con menores descuentos. Dentro del Ibex, los más alcistas eran Bankinter y Mediaset al sumar más de un 1%, mientras que BME (-4,38%) y Popular (-1,44%) encabezaban a los perdedores. El banco presidido por Ángel Ron ha comprado el 24,9% del mejicano BX+. Por su parte, Inditex, que ganó 1.674 millones en los primeros nueves meses, acabó cediendo un 1,14%. Santander, BBVA y Telefónica también bajaban más de un 1%. En París, se destacó el salto de Eads (+7,48%), frente a EDF (-2,34%), el peor del día.