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Angela Merkel reclama reformas económicas en el Tratado de Lisboa

La canciller alemana, Angela Merkel, instó ayer a sus socios europeos a abordar los defectos en la Unión Europea cediendo el control sobre la política económica a Bruselas y llevando a cabo cambios políticamente sensibles en el Tratado de Lisboa.

Un día después de ser investida en el cargo, Merkel, ante el Bundestag, puso a Irlanda y el Estado español como ejemplo de que Europa está superando la crisis financiera que había estado a punto de hacer colapsar la zona euro. Sin embargo, advirtió de que era demasiado temprano para declarar la victoria y aseguró que el bloque de los 17 miembros que comparten el euro es un «proyecto inconcluso que no puede darse el lujo de dormirse en los laureles».

«Sé que impulsar cambios en el tratado de los Estados miembros puede ser difícil pero si queremos más Europa, tenemos que estar preparados para llevarla más allá», afirmó Merkel. «No podemos quedarnos parados y decir que en un momento llegamos al acuerdo de firmar el Tratado de Lisboa y que no hay necesidad de cambiarlo de nuevo. Esto no funcionará», añadió. Alemania ha manifestado su intención de abogar por una mayor coordinación de política económica e impulsará, durante la cumbre con los líderes de la UE que comienza hoy, un acuerdo para que cada Estado firme contratos vinculantes con la Comisión Europea que le obliguen a tomar ciertas medidas para realizar reformas económicas.

Al mismo tiempo, Alemania tiene intención de impulsar cambios en el Tratado de Lisboa que faciliten un mayor control europeo sobre las políticas de cada estado, una medida que otros miembros, como el Estado francés, no han recibido con agrado.

Sin embargo, tanto Merkel como el presidente francés, François Hollande, dijeron ayer compartir objetivos comunes en la primera visita fuera de Alemania de la canciller tras su reelección.

Reunión con Hollande

Ambos subrayaron su intención de dar «una nueva esperanza a Europa y poner a la eurozona «a prueba de crisis», tras una reunión preparatoria de la cumbre.

En una declaración conjunta tras reunirse en el Palacio del Elíseo, señalaron que «lo que va a movilizar a nuestros gobiernos es dar una esperanza a Europa, primero con reglas de disciplina, pero también con perspectivas de crecimiento, apoyadas en el refuerzo de la demanda interior y en la competitividad».