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Erdogan destituye a mandos policiales tras la redada contra su entorno político

La tempestad política desatada por la operación anticorrupción contra el entorno del gubernamental AKP ha provocado la destitución del prefecto de la Policía de Estambul.

Como una treintena de altos cargos policiales, Huseyn Capkin fue despachado con un seco «gracias por los servicios prestados» en el transfondo de la guerra fratricida entre el partido islamista y la poderosa cofradía musulmana de Fetullah Gülen a cuatro meses de las elecciones municipales. El primer ministro, Recep Tayip Erdogan, se ha limitado a acusar a los destituidos de «abuso de poder». Su viceprimer ministro, Bülent Arinç, fue más explícito al asegurar que no avisaron a sus responsables políticos de la redada en curso.

Entre las decenas de personas arrestadas se encuentran los hijos de los ministros de Economía, Interior y Medio Ambiente, el patrón de la banca pública Halk Bankasi, empresarios y el alcalde del distrito estambulita de Fatih, del AKP.

Aliada del AKP desde su llegada al poder en 2002, la cofradía Gülen, muy influyente en la Policía y en la Judicatura, rompió con el Gobierno tras su decisión de suprimir las escuelas de apoyo escolar privadas, principal fuente de financiación del movimiento.

Disensiones internas

Esta decisión creó disensiones internas en el seno del AKP, que se suman a las críticas internas contra Erdogan por la represión de las protestas de junio.

Gülen capitaneó desde su exilio en EEUU los llamamientos a la contención, en los que destacó el presidente turco y rival interno de Erdogan, Abdullah Gül. Con las municipales en ciernes, Erdogan tiene un problema.