GARA

La violencia persiste en Sudán del Sur pese a las gestiones de países vecinos

Enviados de varios países africanos intensificaron ayer las gestiones para lograr un alto el fuego en Sudán del Sur, donde aumentan los temores a una guerra civil tras el estallido de violencia que en una semana ha dejado cientos de muertos y miles de desplazados.

El presidente sursudanés, Salva Kir, se comprometió ayer a evitar que la actual escalada de la violencia derive en una guerra civil, siempre que el otro bando renuncie a sus intentos de derrocar al Gobierno.

Kir expresó esta postura en una reunión en Juba con ministros de Exteriores africanos de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD, en su siglas en inglés), que intentan mediar en el conflicto.

El portavoz presidencial, Ateny Wek Ateny, afirmó en declaraciones a la televisión que el mandatario desea que «el pueblo sursudanés viva unido y que la diversidad y la unidad sean la base y riqueza del país». «Si no hay personas que trabajan para derrocar al régimen, no habrá una guerra civil y el Gobierno garantizará que la paz impere», subrayó. Ateny negó que las autoridades tengan como blanco a una determinada tribu, entre las acusaciones de un aumento de la violencia étnica entre las etnias rivales Dinka y Lou Nuer.

«La campaña tiene como objetivo a los implicados en la conspiración para derribar el Gobierno», aseguró el portavoz.

El exvicepresidente sursudanés Riak Mashar, acusado por Kir de la intentona golpista que comenzó el pasado domingo, pertenece a la tribu Lou Nuer, mientras que el presidente es miembro del clan Dinka.

La IGAD, que ya anunció su intención de enviar una delegación ministerial para mediar entre las partes en conflicto, está formada por Etiopía, Sudán, Kenia, Uganda, Somalia y Djibouti.

Sobre el terreno, los combates entre el Ejército y fuerzas leales a Mashar se recrudecieron en el estado petrolero de Unidad, donde se produjo un desplazamiento de población y más de 500 civiles buscaron cobijo en una base de Naciones Unidas.

El portavoz de la misión de la ONU, Joseph Contreras, informó de que 27 soldados partidarios de Kir y 525 civiles se refugiaron en un complejo de su organismo en el área de Ribkona.

Cifró en al menos 20 los civiles muertos en el ataque cometido el jueves por hombres armados contra su base en Akobo, en el estado de Jonglei.