El Parlamento de Uganda aprobó ayer un proyecto de ley que reprime la homosexualidad -tipificada como delito- de manera draconiana, incluyendo la cadena perpetua.

El diputado David Bahati, promotor de la ley, consideró que este «voto contra el demonio» es «una victoria para Uganda. Estoy feliz de que el Parlamento haya votado contra el mal», dijo Bahati, quien explicó que en la versión final del proyecto se suprimió una clausula sobre la pena de muerte. «Puesto que somos una nación que teme a Dios, valoramos la vida de manera holística. Estos valores explican la adopción de este proyecto de ley, sin importar la opinión del mundo», añadió.

«Estoy oficialmente en la ilegalidad», declaró el militante homosexual Frank Mugisha.