Iraia OIARZABAL

Bazkideak busca recuperar el espíritu cooperativista de las bases de Fagor

La plataforma Bazkideak de socios de Fagor Electrodomésticos se muestra reticente con la política de reubicaciones «eventuales y precarias» de la Corporación Mondragon por considerarlas una «cortina de humo», al tiempo que advierte de la situación a la que deberán enfrentarse cuando dentro de tres años se agote su condición societaria si no logran un puesto de empleo de carácter fijo. «Somos enfermos terminales con tres años de vida», señalan.

Desde que se constituyera hace apenas un mes, la plataforma de socios de Fagor Electrodomésticos Bazkideak trabaja por buscar unas soluciones dignas a los casi 2.000 socios. Una labor que, según han concluido estás últimas semanas, se presenta difícil en vista de cómo se han adoptado desde la Corporación Mondragon las reubicaciones y, con ello, el tratamiento de la condición societaria. Dos aspectos que enquistan el camino hacia las soluciones y a los que abogan por darles un giro partiendo de una concienciación de las bases. «Tenemos que hacer una autocrítica las propias bases y creernos que si estamos trabajando en una cooperativa, ello no conlleva solo un trabajo sino una ideología, solidaridad y una forma de vida», sostiene Iñaki Azpiazu, miembro de la cooperativa.

Y es que con los datos de las reubicaciones realizadas hasta ahora, otro de los representantes de Bazkideak, Juan Antonio Talledo Tatxo, afirma que «aunque la Corporación Mondragon ha realizado una serie de reubicaciones, éstas no se corresponden en nada con los puntos reflejados por la plataforma en sus asambleas. Es necesario desmitificar y que la gente sepa realmente que las reubicaciones en sí mismas no tienen ningún recorrido. Ellos lo están intentando vender de esa forma, pero están dando una imagen que no corresponde con la realidad», apostilla.

En concreto, explican que las reubicaciones «no son fijas y con todos los derechos adquiridos» durante los años invertidos como cooperativista. «Es un trabajo eventual y en precario», denuncian. «Lo que vemos es que todo esto se está traduciendo en un montaje publicitario en el que se da la imagen que se está reubicando con prontitud y se está solucionando la problemática individualizada. Y la realidad es que, previo paso por unos controles y filtros de personalidad, van con contratos precarios y cortos. No garantizan en ningún caso los derechos que teníamos como socios y participes del cooperativismo. Es decir, no se garantiza que en un futuro ciertos colectivos de riesgo (minusválidos) o los jubilados se vayan con unas condiciones dignas. Todo esto está dividiendo al personal», relata Azpiazu.

Condición societaria

Respecto a los mecanismos de solidaridad, afirman que «están totalmente desaparecidos». Perciben que los socios de otras cooperativas «ni siquiera barajan la opción de reubicaciones definitivas o del reparto de trabajo» para que nadie se quede sin empleo. «En su momento también nosotros pusimos dinero para que otras empresas del grupo, Ederlan por ejemplo, salieran adelante. Ellos también nos han ayudado durante años pero deben darse cuenta de que una cosa son ayudas económicas y gestiones, y otra cosa es en qué situación nos quedamos nosotros como socios. ¿Por qué yo, que llevo 23 años de socio y he tenido extornos -reembolso o devolución parcial de una prima- para que otras cooperativas fueran viables, me tengo que quedar ahora en la calle y las cooperativas a las que he ayudado no me acogen?», se preguntan.

«Nosotros no hemos generado esta situación en la que han podido influir el propio mercado y la pérdida de la ideología cooperativa que nos hemos ido dejando por el camino. Hay que darle una solución a esto desde el punto de vista ideológico y práctico», expresa Azpiazu. Recuerdan que son las bases las que crearon el grupo cooperativista, la propia corporación, basándose para ello en una ideología según la cual el reparto de las ganancias es más equitativo y donde las personas están por encima del capital. «El cooperativismo sin ideología es un SA», destaca Azpiazu.

Partiendo de ese punto de vista, expone que, cuando se generó el problema, las expectativas que tenía la plataforma se dirigían a solventar el problema entendiendo que la condición societaria era el objeto principal porque en ella se respaldaban todos los derechos adquiridos en base al cooperativismo. «Pero es evidente que quienes nos han traído hasta aquí no profesan la misma ideología y su forma de actuar lo demuestra. Podríamos haberlo solucionado antes de llegar hasta esta situación. Tenemos que hacer autocrítica en el sentido de que debíamos y debemos reivindicar y ser activos desde abajo», remarca.

En un principio, todos estaban de acuerdo en como solucionar el problema y creían que la condición societaria era el pilar en el cual se sustentaban todos los derechos. Ahora mismo la condición societaria está en tres años, con dos años de paro. Sin embargo temen que al cabo de los tres años si no hay un compromiso por parte de las diferentes cooperativas para mantenerlos o reinsertarlos con carácter fijo, se quedarán de manos vacías. «Por ahora, no hay ese compromiso», censura.

En Lagun Aro ocurre algo similar, según explican, ya que aunque están representadas muchas cooperativas, no consiste solo en lo que vote una de ellas porque el resto de cooperativas tendría que aportar un dinero y dudan que estuvieran dispuestas a ello.

En definitiva, la plataforma pide «igualdad de derechos y reparto del trabajo». «Esto se ha convertido en un sálvese quien pueda. Hay que recuperar la esencia del cooperativismo haciendo reflexionar a nuestros compañeros de que somos una unión y de que hay generar las herramientas adecuadas para que podamos integrarnos con todos los derechos en el grupo. Tenemos que hacer una autocrítica las propias bases y creernos que si estamos trabajando en una cooperativa, ello no conlleva solo un trabajo sino una ideología, solidaridad y una forma de vida», concluyen.

División

Bazkideak considera que con las reubicaciones «no se garantiza que en un futuro ciertos colectivos de riesgo -minusválidos o jubilados- se vayan con unas condiciones dignas y todo esto está dividiendo al personal».

ideología

«Nosotros no hemos generado esta situación en la que han podido influir el propio mercado y la pérdida de la ideología cooperativa, que nos la hemos ido dejando por el camino», lamentan en la plataforma Bazkideak.

solucionar antes

«Es evidente que quienes nos han traído hasta aquí no profesan la misma ideología y su forma de actuar lo demuestra», denuncian desde la plataforma y reconocen que podrían «haberlo solucionado antes de llegar hasta esta situación».

unión

Los socios lamentan que «esto se ha convertido en un sálvese quien pueda. Hay que recuperar la esencia del cooperativismo haciendo reflexionar a nuestros compañeros de que somos una unión», afirman.