Raimundo Fitero
DE REOJO

En equipo

Debe ser muy difícil comprender con exactitud qué quieren decir algunos cuando dicen investigación. Vivimos con la sensación de un uso exagerado de este término que se aplica con mucha ligereza. Cuando en un parlamento hablan de una comisión de investigación una nube se coloca encima de esta palabra y al fondo no se distingue casi nada que tenga que ver con la idea primera de buscar, de indagar, de intentar descubrir las raíces del problema, las causas y no los efectos de una acción, una decisión.

Es en este ámbito donde más se ha desgastado el concepto porque se ha abusado como comodín para despistar, para camuflar las verdaderas intenciones. En estas supuestas comisiones, la investigación es posterior, se debe buscar entre toda la fronda de lugares comunes y de justificaciones inducidas algún hilo que nos lleve a conocer parte de la verdad, algún indicio que pueda llevarnos a alguna conclusión. Es decir, llamara investigar a narrar lo obvio, es una farsa, una auténtica falsedad, por muy aceptada que acabe por todas las fueras telúricas de los partidos políticos que lo que quieren es hacer simplemente el paripé.

Pero hay un programa en La Sexta, que después se redifunde por otros canales de Atresmedia, con el nombre de «Equipo de investigación», y la verdad es que se acerca a la idea primaria. Buscan, patean calles, preguntan, tiran del hilo y nos ofrecen entregas con intervenciones de muchos de los que pueden aclarar algo nos descubren situaciones denunciables. El pasado viernes, un tal «Paco el contratista», en Jerez, había montado una gran estafa a base de crear empresas ficticias y ofrecer contratos ficticios a los que necesitaban cotizar para llegar a cumplir los meses necesarios para recibir una ayuda o subsidio.

Es decir una estafa en las clases desfavorecidas, en donde se cruzan parados crónicos, yonquis, barrios depauperados, familias desestructuradas. Una entrega rara, de verdad muy rara, porque hablaban, sin demostrarlo de una estafa de ocho millones de euros a las arcas públicas. Una mierda comparado con Blesa, Bárcenas, la Gürtel y demás casos vivos a los que nadie parece investigar.