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Israel cancela la liberación de presos y la ANP pone condiciones para volver al diálolgo

El Gobierno de Israel canceló la liberación prevista de presos palestinos que cumplen condena por delitos anteriores a 1993, a la que se había comprometido para facilitar las negociaciones con la Autoridad Palestina (ANP) y ahora considera que hay que revisarlas.

La ministra de Justicia y negociadora israelí, Tzipi Livni, informó a los palestinos de que Israel cancela la liberación de más presos hasta que la ANP no retire las solicitudes de admisión a quince tratados y convenciones internacionales. El anuncio fue comunicado al negociador palestino Saeb Erekat en la reunión de emergencia de nueve horas que ambas partes celebraron entre la noche del miércoles y la madrugada de ayer.

Convocada por el mediador estadounidense Martin Indyk, el diario «Yediot Aharonot», la definió como «un campo de batalla» que reflejaba la agonía de las conversaciones.

Livni amenazó a los palestinos con sanciones, a lo que Erekat respondió: «Si lo hacéis, os perseguiremos como criminales de guerra en todos los foros internacionales», según el diario «Haaretz».

Ante la negativa a liberar a los presos, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, firmó el martes una solicitud de adhesión a 15 convenciones internacionales de Naciones Unidas, un paso que se había comprometido a congelar como gesto ante las conversaciones.

Demandas palestinas

Debido a la evidencia de que la negociación solo supone un plazo de tranquilidad para Israel mientras amplía sus colonias, la Autoridad Palestina ha puesto nuevas condiciones para reanudarla más allá del plazo original que termina el 29 de abril. Entre ellas, que Netanyahu reconozca por escrito las fronteras de 1967 y la capitalidad de Jerusalén este. Además, la liberación de otros 1.200 presos, entre ellos el exsecretario de Al Fatah en Cisjordania, Marwwan Barguti, que cumple cinco cadenas perpetuas, o Ahmed Saadat y Fuad Shubaki, del FPLP.

Igualmente, exige el final del bloqueo a Gaza; la suspensión de la construcción en Jerusalén este; que el Ejército israelí cese sus actividades en las zonas de Cisjordania bajo control de la ANP y que le entregue el control de las «zonas C», bajo jurisdicción israelí; el retorno a Cisjordania de un grupo de milicianos deportados a países europeos y la reapertura de varias agencias palestinas de desarrollo que Israel ha clausurado en los últimos años.