EDITORIALA
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Queda mucho y hay deberes para todos

Los datos del V Mapa Sociolingüístico de la CAV coinciden con otros estudios difundidos en los últimos años, con Euskal Herria como marco de referencia, y muestran una realidad todavía compleja para el futuro del euskara, certificando que queda mucho camino por recorrer. Lógicamente, en lo que se refiere al conocimiento de la lengua cualquier comparación con la situación existente hace veinte o treinta años sale victoriosa, al menos en los territorios que abarca este trabajo, y es evidente que el uso ha ganado terreno en diferentes ámbitos, pero los números distan demasiado de permitir hacer una lectura autocomplaciente.

Al contrario, es un fracaso de la política lingüística que casi la mitad de la población admita un completo desconocimiento del euskara en los herrialdes donde por razones administrativas y de mayoría sociopolítica ha existido una mayor posibilidad de avance. Del mismo modo, tampoco puede calificarse de éxito que tres de cada diez menores de veinte años no conozca la lengua propia de este pueblo. ¿Cómo es posible que aun hoy haya jóvenes que acaban sus estudios obligatorios sin dominar la lengua vasca? Asimismo, ¿cómo puede afirmarse que hace falta «consolidar y crear nuevas oportunidades y ámbitos de uso» y, al mismo tiempo, seguir sin exigir el conocimiento del idioma para trabajar en la administración? ¿Cuántos euskaldunes siguen sin poder ejercer su derecho a comunicarse con un funcionario en uno de los dos idiomas oficiales? Son preguntas nada retóricas que sirven para calibrar la balanza del progreso habido en la euskaldunización.

Se ha avanzado, pero no todo lo que se podía y muy poco en relación a lo que se debería, y eso se debe a que en este terreno han primado siempre cálculos ajenos al interés y los derechos de los euskaldunes. Con todo, la única responsabilidad no es de las instituciones; el descenso del uso del euskara en el hogar es un recordatorio de que a todos nos toca hacer deberes y que además de crítica aquí también hay lugar para la autocrítica.