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Decenas de muertos en un atentado con bomba en la capital nigeriana

Al menos 71 personas murieron ayer -algunas fuentes locales elevaban esta cifra a más de 200- y 124 resultaron heridas en un ataque con bomba que causó varias explosiones en una de las principales estaciones de autobuses de Abuja, la capital de Nigeria, donde se desató el pánico entre los numerosos pasajeros que abarrotaban el lugar a hora punta. Aunque ningún grupo reivindicó su autoría, el presidente apuntó al grupo islamista Boko Haram.

La explosión ayer de una bomba en la estación de autobuses Nyanya Bus Park, a 8 kilómetros de la capital Abuja, dejó decenas de fallecidos. Según medios locales, podrían ser más de 200.

La detonación sorprendió a un gran número de pasajeros justo cuando se disponían a subir a los autobuses estacionados en el aparcamiento.La confusión se adueñó del lugar, donde la gente empezó a correr presa del pánico entre los cuerpos mutilados que se amontonaban en el suelo envueltos de sangre.

«Estaba esperando para subir a un autobús cuando escuché una explosión ensordecedora y después vi humo. La gente corría alrededor en pánico», comentó Mimi Daniels, que trabaja en Abuja.

La explosión, que se produjo a hora punta -a las 7.00, hora local-, abrió un gran agujero de más de un metro de profundidad, según algunos testigos, y destrozó más de una treintena de vehículos que estaban aparcados en la zona, provocando explosiones secundarias en los depósitos de combustible de los vehículos aparcados en la zona.

Las ambulancias transportaron a los heridos a los hospitales cercanos y los equipos de rescate se centraron en recuperar los cadáveres. Un total de 23 cuerpos fueron trasladados a la morgue del Asokoro District Hospital, donde también fueron atendidas 25 personas, informaron las televisiones locales.

En la estación se podían ver partes de cuerpos y sangre y una multitud incontrolable de varios cientos de viandantes se agolpaban alrededor, sin que las fuerzas de seguridad pudieran hacer nada. «Más de dos autobuses que trasladaban trabajadores quedaron hechos pedazos por la explosión», relató Kingsley Ajimobi, testigo del ataque, el primero de este tipo que ocurre cerca de la capital nigeriana en dos años. «Vi mucha gente muerta en el autobús, y muchos estaban heridos», añadió. Aunque los bomberos sofocaron el fuego, horas después aún se podía ver una gran columna de humo y los cuantiosos daños materiales que provocó la detonación.

Nyanya es un barrio densamente poblado de Abuja. En él viven muchos funcionarios y empleados civiles que no pueden permitirse una vivienda en el centro de la capital por sus rentas exorbitantes.

El presidente, Goodluck Jonathan, quien visitó el lugar del atentado y dirigió los servicios médicos, atribuyó el ataque al grupo islamista Boko Haram, sobre el cual dijo que es un «revés temporal» que la nación va a superar. El mandatario emplazó a los nigerianos a ser «conscientes» del peligro que representa. Hasta ahora ha sido muy activo en el norte del país, donde la mayor parte de la población es musulmana. El domingo, este mismo grupo armado que proclama la sharia causó al menos 98 muertos en ataques a tres localidades del norte de Nigeria, en el estado de Borno, donde la violencia ha forzado a muchos residentes de las comunidades locales a huir a la capital estatal, Maiduguri.

Boko Haram y el riesgo de un conflicto civil

En un reciente informe, Amnistía Internacional denunció que desde comienzos de año 1.500 personas, más de la mitad civiles, han muerto en Nigeria en ataques atribuidos a Boko Haram o en enfrentamientos entre el grupo islamista con el Ejército. Advirtió que la situación de violencia «tiene ya las características de un conflicto civil. Ambos bandos están cometiendo serios abusos de los derechos humanos». «La escalada de violencia de Boko Haram está contribuyendo a crear un clima de miedo e inseguridad sin precedentes que no justifica la respuesta de las fuerzas gubernamentales», remarcó. Como ejemplo, reveló que más de 600 detenidos que habían escapado de un centro militar fueron ejecutados y «varios de ellos, atrapados en una clase empezaron a gritar `no somos miembros de Boko Haram'. Aún así, los soldados mataron a al menos 56 personas». Tab ha documentado 198 muertes en un puesto de control en Jiddari Polo.

La mayoría de los atentados se concentran en el noreste de Nigeria, su bastión histórico, donde hace un año el Ejército lanzó una fuerte ofensiva militar. Pese a ello, para algunos analistas, el atentado de ayer en Ajuba -el segundo desde hace dos años- evidencia, a un año de las elecciones presidenciales, la incapacidad tanto del Ejército como del presidente para acabar con Boko Haram. Abubakar Shekau, líder del grupo armado, afirmó recientemente la intención del grupo de llevar a cabo ataques más allá del noreste. Durante su visita al lugar del atentado, el presidente aseguró que «el Gobierno está haciendo todo lo posible para asegurar que el país salga adelante». GARA