Nerea GOTI BILBO

En solo un mes, 200 usuarios y 30 empresas utilizan el ekhi en el Casco Viejo de Bilbo

Se comenzó a usar en el Casco Viejo bilbaino en marzo y hoy 3.242 euros ya se han cambiado por otros tantos ekhis fomentando el consumo local. El reto es ahora que el uso de la moneda se extienda en Bizkaia.

Solo un mes después de su puesta en circulación, 200 usuarios y 30 empresas utilizan ya el ekhi junto al euro en el Casco Viejo de Bilbo, desde donde se plantea dar el salto a otros municipios de Bizkaia. Barakaldo y Munitibar tendrán en breve oficinas de cambio y el reto pasa ahora por extender el uso del ekhi en otros municipios vizcainos. «Esperamos que las oficinas se vayan multiplicando», explicó Pello López de Muniain, uno de los responsables de la asociación Ekhi, haciendo hincapié en que la experiencia debe surgir siempre por iniciativa de las gentes de cada lugar.

Promotores y representantes de negocios que ya utilizan la moneda presentaron este reto a la vista de los buenos resultados obtenidos en el primer mes de vida, «muy positivos en tan corto espacio de tiempo». Se han cambiado 3.242 euros por otros tantos ekhis, de los que la mayor parte (2.668) no se han vuelto a cambiar, «por lo que siguen estando en la economía local, en forma de ekhis», resaltaron.

Los movimientos pueden verse en la página web de la asociación www.ekhitxanpona.org, en el apartado «Transparencia», al que la asociación promotora concede especial relevancia. «Esta no es una opción, sino una obligación», señala este colectivo sin ánimo de lucro.

Cada ekhi se cambia por un euro y el 3% del valor de cada moneda va a parar a un fondo solidario, Ekhifunding, que ya acumula cerca de 100 euros. El destino de ese dinero lo decidirá a final de año la propia comunidad de usuarios, pero servirá en todo caso para la financiación de proyectos sociales, ecológicos o culturales «dentro de unos valores de justicia social, de ecología, de garantizar la cultura y lengua propias y de igualdad de género», según destacó López de Muniain.

En representación de los establecimientos en los que ya trabajan con ekhis, Ilia y Euke se confesaron atraidas por la «filosofía» que hay detrás de la moneda y destacaron que el balance es bueno en solo un mes.

«Tenemos muy claro que cambiar la manera en que consumimos, haciendo un consumo responsable y local, es una manera de empezar a cambiar el mundo que se puede ir agrandando», explicó Ilia sobre las razones que le llevaron a utilizar el ekhi, como artesana de un taller que trabaja con cuero y plata en la calle Artekale del Casco Viejo bilbaino. «Tuvimos muy claro que nos sumábamos como clientes y como comercio y también tenemos oficina de cambio», explicó, para agregar que en su caso «van poco a poco», pero el ekhi les ha llevado a «conocer gente muy interesante que está por ese cambio del mundo poquito a poco».

«Es una idea buena para fomentar el comercio local, la vida más de barrio, comunitaria, y para que nuestro dinero se quede en nuestro entorno y seamos nosotros los que lo movemos sin que se especule con él», resaltó Euke, responsable de la juguetería Sirimiri, también en la calle Artekale.