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Irán y el Grupo 5+1 afrontan una fase decisiva en las negociaciones nucleares

Irán y las seis grandes potencias mundiales que integran el Grupo 5+1 (China, EEUU, Gran Bretaña, Rusia y Alemania) comenzaron ayer en Viena su cuarta ronda de contactos del año, la más delicada, con el fin de empezar a redactar un borrador de acuerdo que dé garantías de que el programa nuclear iraní no tiene una finalidad militar, algo que Teherán asegura.

El ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, y la jefa de la diplomacia europa, Catherine Ashton, lideran unos contactos que se espera se prolonguen hasta mañana y con los que las negociaciones nucleares entran en una fase decisiva que ambas partes reconocen va a ser muy difícil. Es que los negociadores se van acercando al 20 de julio, la fecha límite pactada en la hoja de ruta firmada en Ginebra el año pasado para un cerrar un acuerdo final.

Aunque el martes ya hubo contactos bilaterales y un encuentro informal entre Ashton y Zarif, ayer tuvo lugar la primera reunión plenaria que sentó en la misma mesa a Irán y al Grupo 5+1.

El objetivo es doble: acabar con las dudas sobre si Irán busca tener armas atómicas y hacer posible que la República Islámica acceda a la tecnología nuclear con fines pacíficos.

Un acuerdo que fuentes estadounidenses de la negociación suelen comparar con completar un cubo de Rubik, es decir, encontrar una fórmula que permita satisfacer las expectativas de ambas partes pero también de sus aliados Israel y Arabia Saudí.

En el centro del debate están el programa de enriquecimiento de uranio y la construcción de un reacción de agua pesada, que como producto secundario puede producir plutonio. Esas dos materias tienen, aparte de su uso civil, también aplicaciones militares como la fabricación de armas nucleares.