La única solución al conflicto en Siria es política, pues «no habrá victoria militar para ningún bando», afirmó ayer el ministro británico de Exteriores, William Hague.

Hague hizo estas declaraciones tras una reunión en Londres del grupo Amigos de Siria, a la que asistieron delegados de once países, entre ellos el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el presidente de la opositora Coalición Nacional Siria (CNFORS), Ahmed Jarba. Subrayó la necesidad de reforzar a la oposición, a la que EEUU proporciona equipamiento bélico y Gran Bretaña ayuda «no letal».

Hague y Kerry renovaron su compromiso con la oposición siria y afirmaron que incrementarán su apoyo, al tiempo que el jefe de la diplomacia estadounidense subrayó que Washington «seguirá reforzando los lazos» con la oposición.

En la frontera turca

Por otra parte, al menos 43 personas, entre ellas tres menores, murieron ayer por la explosión de un coche bomba cerca del puesto fronterizo de Bab Salama, entre Turquía y Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. El vehículo estalló en un estacionamiento en la parte siria de la frontera y muy próximo al cruce de Bab Salama.

En febrero, otras cinco personas murieron por la explosión de un vehículo cerca de un campo de refugiados en Bab Salama, paso controlado por la brigada Al-Tauhid, del Frente Islámico Sirio.

Un centenar de organizaciones no gubernamentales de distintos países instaron ayer al Consejo de Seguridad de la ONU a que apruebe una resolución para que los crímenes cometidos en Siria sean investigados por la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI).

Recordaron que, según datos de la ONU, más de 100.000 personas han muerto en tres años de guerra en Siria, donde «crímenes atroces son perpetrados con absoluta impunidad por las partes» en conflicto.