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LAB cree que el plan industrial de Lakua es un modelo que cierra empresas

El sindicato LAB criticó el Plan de Industrialización 2014-2016 del Gobierno de Gasteiz porque considera que apuesta por políticas «continuistas» que han «fracasado», basadas en un modelo español que provoca «cierres» de empresas y genera empleos «precarios».

LAB registró en el Parlamento de Gasteiz sus aportaciones al Plan de Industrialización 2014-2016 del Ejecutivo autonómico, que se debatirá previsiblemente este mes en la Cámara con el fin de incorporar propuestas de los grupos políticos. El plan fue aprobado el pasado 29 de abril y prevé que Lakua dedique a la Industria 575 millones de euros.

El secretario de la Federación de Industria de LAB, Asier Imaz, afirmó que la central está dispuesta a trabajar para la puesta en marcha de políticas que impulsen un modelo industrial basado en el valor añadido. Sin embargo, advirtió de que, tal y como está redactado, el plan es una continuidad de políticas anteriores, que han fracasado de manera «estrepitosa».

Las propuestas de LAB van en la dirección de ganar valor añadido para las empresas, apostar por la mejora continua, por las exportaciones y por la diversificación. La central demanda para las empresas vascas las mismas posibilidades de crédito que las de fuera y la reducción de los costes energéticos, de tal forma que estas dos circunstancias no se utilicen para reducir los costes laborales.

Imaz destacó que hace falta un modelo propio y lamentó que las reformas del Gobierno español que se están aplicando también aquí «conllevan destrucción de empleo y pérdida de derechos laborales. Sin un modelo Euskadi solo habrá competencia interna entre las empresas, cierres y empleos precarios y pobres con los que no hay valor añadido», advirtió.

Con Incoesa

Imaz compareció en Gasteiz acompañado por dos trabajadores de Incoesa, que están en huelga indefinida desde hace más de un año en defensa de sus empleos, y denunció que ésta es una empresa que se ha deslocalizado porque «el sistema sí se lo permite, pese a tener valor añadido, trabajadores cualificados y después de haber recibido un montón de subvenciones públicas».

La planta, ubicada en Bedia, está en concurso de acreedores y un juzgado de Bilbo ha autorizado la extinción de la totalidad de sus 60 empleos.