EDITORIALA
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Una realidad institucional que Nafarroa no merece

El desconcierto es general entre centros educativos, padres y editoriales, quienes ignoran qué consecuencias tendrá la retirada de 22 libros de texto en euskara por «no respetar la realidad institucional navarra», anunciada ayer por el consejero de Educación de ese herrialde, José Iribas. Se trata de libros con los que se llevaba mucho tiempo impartiendo las asignaturas de Euskara y Literatura Vasca en la Enseñanza Primaria, y ahora, a comienzos de curso, Iribas asegura que la Administración no los financiará. No es la primera caza de brujas de ese Departamento, que también anteriormente había arremetido contra el material didáctico e incluso contra los enseñantes.

Al decir que esos libros no respetan la realidad institucional navarra, el consejero se refiere a que no se adecúan a los ataques al euskara en ese territorio, a que no vulneran los derechos de los euskaldunes y de quienes quieren serlo, y eso resulta intolerable para el Gobierno de UPN. La realidad institucional navarra no es otra cosa que el caos provocado por un Gobierno en minoría que se aferra al poder y actúa al margen del Parlamento y más aún de los navarros y navarras. Es esa realidad institucional la que no respeta la realidad social, política y cultural de Nafarroa. Y lo hace en nombre de la ley, de leyes como la del Vascuence, que divide el territorio en tres zonas lingüísticas con consecuencias como la triste realidad que han de afrontar los niños y jóvenes que para aprender la lengua de los navarros se han de desplazar cientos de kilómetros. No conforme con ello, y viendo el que a pesar de todas las trabas el euskara se abre camino, introduce modelos como el llamado TIL, cuyo objetivo es precisamente obstaculizar e impedir ese avance. Y ahora pone la alfombra roja a la LOMCE.

Lo más triste, aunque a estas alturas a pocos sorprende, es la utilización de los niños de Primaria para hacer política y airear sus obsesiones, que son las de su Gobierno: la izquierda abertzale, los sindicatos, las ikastolas... Nafarroa no se merece esa realidad institucional.