EDITORIALA
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Signos que claman por un cambio de políticas

La existencia de 215.743 personas en desempleo en Hego Euskal Herria el pasado mes de setiembre, 353 más que en agosto, vuelve a evidenciar la urgencia de impulsar otro tipo de políticas económicas y sociales. Las medidas, en su mayoría de austeridad, desarrolladas desde Gasteiz, Iruñea y Madrid, lejos de frenar la sangría del paro y las desigualdades sociales, han agravado la situación de miles de ciudadanos. Aunque los gobernantes de PNV y UPN intenten restar importancia a los datos amparándose en la «normalidad» de esta escalada por la estacionalidad de los contratos realizados en meses anteriores, la realidad da pie a una lectura bien diferente. Los hechos muestran que el paro es una realidad que afecta a los sectores más desfavorecidos, recayendo especialmente en mujeres y jóvenes menores de 25 años. A ello se suman la persistencia del desempleo de larga duración y los recortes en materia social. De hecho, solo el 49% de las personas en paro recibe algún tipo de prestación.

Mientras los datos muestran que el día a día de miles de ciudadanos arrastrados por el paro y los recortes se presenta realmente complicado, la patronal Adegi volvía a pronunciarse en contra de que tributen las grandes fortunas en Gipuzkoa. A su juicio, un impuesto que grava la riqueza basándose en criterios de equidad, es decir, haciendo que pague más aquel que más tiene, «no es estimulante». Las políticas fiscales no han de ser estimulantes para algunos, sino justas y eficaces para toda la sociedad, incluidos los empresarios y adinerados, cuyo deber es aportar en la misma proporción que los demás.

Los indicadores publicados ayer ponen de manifiesto la necesidad de impulsar otro tipo de políticas económicas y sociales frente a la crisis. Medidas que promuevan la generación de empleo de calidad, lejos de la precariedad y la temporalidad. Junto a ello, es preciso un sistema público fuerte que garantice unos servicios sociales que lleguen a todos aquellos que los necesitan. En definitiva, unas políticas que, con la contribución justa y progresiva de todos, rescaten a las personas en lugar de guardar las espaldas a las finanzas. Y para ello es imprescindible que exista voluntad política.