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El centro sociosanitario de referencia en Araba recibe a los primeros mayores enfermos

Ubicado en la residencia Zadorra de Gasteiz, este recurso ya atiende desde el lunes a contagiados que no requieren de cuidados intensivos. Se trata de personas mayores procedentes de otros centros del territorio y también va a acoger a enfermos que han recibido el alta hospitalaria, pero que todavía requieren de cuidados.

La residencia Zadorra acoge el nuevo recurso para personas mayores contagiadas. (DIPUTACIÓN ARABA)
La residencia Zadorra acoge el nuevo recurso para personas mayores contagiadas. (DIPUTACIÓN ARABA)

El centro sociosanitario referencial de Araba, ubicado en la residencia Zadorra de Gasteiz, ya acoge desde el lunes a enfermos procedentes de otros centros de mayores del territorio que no requieren de cuidados intensivos. También va a recibir a otro grupo constituido por ancianos que han recibido el alta hospitalaria, si bien aún están necesitados de más atención.

De este modo, sus residentes no solo reciben unos cuidados especiales, sino que, con dicho traslado, también se impide que el virus se propague entre los usuarios de dichas residencias que no están contagiados. Este reconvertido centro sociosanitario dispone de una capacidad para acoger a un mínimo de 170 personas.

De manera adicional, la Diputación Foral ha habilitado cuatro centros de día en distintos puntos del territorio, a los que ha trasladado a personas usuarias de las residencias, cuyo estado hace que no sea recomendable su desplazamiento al nuevo centro sociosanitario de Gasteiz.

Personas con discapacidad intelectual

Asimismo, se ha habilitado el centro de día Lakua para la atención de los casos positivos que se están registrando en las viviendas con apoyo para personas con discapacidad intelectual. Según ha explicado el diputado foral de Políticas Sociales, Emilio Sola, se proporcionará una respuesta «integral» en un amplio entorno, que posibilite una atención «más adecuada».

También se ha referido al programa ‘Etxean Zurekin’, mediante el que profesionales de los servicios sociales realizan entre 300 y 400 llamadas diarias a personas dependientes que se ven obligadas a permanecer en sus casas y que no pueden ser atendidas en centros de día y ocupacionales.