Jon Ormazabal

Urriza agranda su leyenda con su octava txapela y una gran incógnita sobre su futuro

En una disputadísima final con hasta 15 abrazos en el marcador, el último a 24, el iruindarra ha superado a Barrenetxea por 30-27 en un Galarreta abarrotado con 900 espectadores.

Javi Urriza celebra con rabia su octava y quizá última txapela.
Javi Urriza celebra con rabia su octava y quizá última txapela. (Andoni CANELLADA/FOKU)

A pesar de que físicamente cada vez le es más complicado responder físicamente a las exigencias de un Individual, ese instinto ganador que le ha llevado a ser uno de los remontistas más grandes no abandona a un Javi Urriza que se ha calado su octava txapela tras imponerse a Endika Barrenetxea por 30-27. Un título que agranda la leyenda del iruindarra que ha podido haber vivido su último capítulo, ya que el delantero no tiene claro que el año que viene vaya a defender el título que ha arrebatado al zaguero hernaniarra. Terminado el partido ha señalado que la de retirarse de la lucha por el Individual es una posibilidad que ahora mismo pasa por su cabeza tras todo lo que ha sufrido en este campeonato, pero que es una decisión que no quiere tomar en caliente, por lo que abre una gran incógnita en torno a su futuro.

Había alguna duda sobre el estado real de los dos finalistas tras algunos problemas arrastrados durante la competición, pero llegado el día D, ambos se han vaciado en la cancha para deleite de los 900 aficionados que han llenado Galarreta, con una final a la que quizá le haya faltado algo de ritmo y peloteo durante alguna fase, pero que con hasta 15 abrazos en el marcador, el último a 24, ha satisfecho hasta los paladares más exigentes de este complicadísima especialidad.

El saque, decisivo

Tras unos primeros tantos de tanteo, con el saque como principal argumento, Endika Barrenetxea ha tenido un par de momento en los que parecía que podía romper el partido de su lado adelantándose 14-11 y 19-15. Sin embargo, con esa misma pelota, Urriza le ha devuelto el golpe de la misma manera y saber agarrarse al partido en ese momento crítico ha sido una de las claves de su victoria final.

Ninguno de los dos ha sido capaz de romper a su rival con sus principales argumentos y, poco a poco, ha sido el físico el que ha terminado imponiéndose pese a los esfuerzos de Barrenetxea de acortar los tantos. Así, por mucho que el hernaniarra haya manejado algunas ventajas, la última 21-19, como tantas y tantas veces, en los momentos de los detalles, el irundarra ha terminado imponiendo ese gen ganador tan característico para hacerse con la txapela, quién sabe si la última.