Jon Leunda
Donostia

El rugby vasco ha culminado una temporada de ensueño

Con dos equipos en el Top 14 y tres en la División de Honor, los equipos vascos han conseguido dos títulos. El Biarritz ha ganado la European Challenge y el Ordizia la Copa española. A todo ello hay que añadir el ascenso que ha logrado el Hernani.

Los jugadores del Ordizia antes de comenzar un partido. (Juan Carlos RUIZ / ARGAZKI PRESS)
Los jugadores del Ordizia antes de comenzar un partido. (Juan Carlos RUIZ / ARGAZKI PRESS)

La temporada para los equipos vascos que juegan en la élite ha sido buena, quizás la mejor de las últimas temporadas. La campaña ha concluido con dos títulos, algo muy complicado en el deporte profesional. Además, en la próxima temporada habrá un equipo más entre los mejores, ya que el Hernani ha logrado el ascenso a la División de Honor.

Pero también es innegable que esta buena temporada ha tenido sus lagunas, que no se pueden ocultar. El Biarritz ha acabado la temporada muy bien, con un título europeo y con el billete para jugar la próxima Heineken Cup, pero los objetivos que se marcaron al principio eran muy diferentes, como lo eran los del Aviron Bayonnais.

El conjunto de Agilera se presentó con el objetivo de jugar, al menos, las semifinales de la Heineken Cup y de la Liga, pero ha quedado muy lejos de sus pretensiones. Los entrenados por Laguisquet comenzaron muy mal la temporada. El Mundial, que se jugó entre setiembre y octubre, les perjudicó de una manera notable. Sus estrellas estaban en Nueva Zelanda y el equipo lo acusó demasiado. Se metió en el fondo de la clasificación, pero los aficionados esperaban que al acabar el Mundial y con la vuelta de sus figuras iba a cambiar la suerte del equipo, pero no ocurrió así. El Olympique fue a menos y se fue metiendo en un pozo, que parecía no tener puerta de salida.

A falta de poco más de dos meses para acabar la Liga, el conjunto labortano estaba a nueve puntos de la salvación. Parecía una tarea muy complicada, pero llegó la reacción del Biarritz. Empezó a ganar sus partidos, demostrando que estaban a nivel de los mejores del Top 14 y logró la permanencia de forma matemática a falta de una jornada para el final del campeonato.

En la Heineken Cup mejoraron su nivel con respecto a la Liga, pero no pasaron de la primera fase, aunque sí consiguieron puntos suficientes para continuar su aventura europea, en la Amlin European Challenge. Esta competición le llegó en el mejor momento al Biarritz y no lo desperdició logrando el título tras ganar la final al Toulon y a su vez consiguiendo el billete para jugar la próxima Heineken Cup. Después de un gran final, se puede decir que la temporada, o el resultado final de los blanquirrojos ha sido buena, pero los aficionados se preguntan qué hubieran podido lograr si el rendimiento del equipo durante toda la temporada hubiera sido igual que el de la parte final.

Lo que ha pasado en Baiona, es un claro ejemplo de que el dinero no soluciona todos los problemas y que tampoco consigue todos los objetivos. El Aviron comenzó la temporada con la pretensión de lograr los cuartos de final de la Liga, y conseguir por primera vez en su historia el pasaporte para jugar la próxima Heineken Cup.

El inicio de los blanquiazules fue muy esperanzador, ya que ganaron en la primera jornada al Stade Toulousain, vigente campeón, en el estadio Jean Dauguer, pero la trayectoria del conjunto de la capital labortana fue muy irregular, ganando a cualquiera, pero perdiendo también ante cualquier rival.

Además, pronto comenzaron los rumores sobre los posibles roces que había entre los jugadores dentro del vestuario, al igual que algunos actos de indisciplina de algunos de sus miembros. Mientras tanto, el equipo comenzó a caer en picado, y de nada servían los cambios de entrenador. Parecía que la permanencia sería imposible, hasta que llegó la reacción de las últimas jornadas. Antes de jugarse el último partido, al Aviron le faltaba un punto para mantener de forma matemática la Top 14. Los de Baiona lograron ese punto en la última jornada, aunque si no lo hubiesen conseguido, también se habrían salvado. En la Amlin European Challenge, los labortanos han realizado un muy buen campeonato y a punto estuvieron de llegar a los cuartos de final.

División de Honor

Donde no hay un pero, ni ninguna laguna es en la División de Honor. Los tres equipos vascos que han militado en ella han hecho una gran campaña, destacando sobre los demás la fenomenal actuación del Ampo Ordizia. El conjunto goierritarra ha logrado el título de Copa y a punto ha estado de conseguir el doblete, pero no pudo ser.

El equipo entrenado por Axio Araña logró el subcampeonato durante la temporada pasada y en esta salió con la intención de mejorar lo del año pasado. Desde el inicio de la Liga estuvo entre los mejores para acabar la fase regular en el segundo puesto de la tabla, por detrás del Quesos Entrepinares. En semifinales eliminó al Bizkaia Gernika y se plantó en la final de Valladolid, con casi 2.000 seguidores del Goierri en las gradas, aunque no pudo lograr el título liguero.

La Copa, en cambio, no se le resistió, y logró el título en el estadio de La Balastera de Palencia, a donde fueron más de 3.000 seguidores guipuzcoanos. Los entrenados por Axio Araña tuvieron un muy mal inicio, pero fueron capaces de dar la vuelta al juego y al resultado para derrotar a El Salvador y conseguir el primer título.

El Bizkaia Gernika también ha realizado una gran campaña. Inició la temporada con la intención de luchar por las dos competiciones y en las dos llegó hasta las semifinales, donde se encontró con el Ampo Ordizia. Tanto en la Copa como en la Liga, fueron los goierritarras quienes dejaron sin opciones de título a los verdinegros. Pese a ello, la temporada ha sido buena y el equipo entrenado por Giménez ya se ha consolidado entre los mejores de la División de Honor.

El trabajo del Getxo Artea también ha sido sensacional. El conjunto gualdinegro inició la temporada con la intención de mantener la categoría, pero ha acabado plantándose en las semifinales. Tras una gran campaña logró el pase a los cuartos de final y, contra pronóstico, se metió en las semifinales. En el camino de la final se encontró con el Quesos Entrepinares, y los de Fadura no pudieron meterse en la gran final.

La próxima temporada debe ser el de la consolidación y a partir de ahora el Getxo Artea debe de estar en la parte alta de la clasificación, luchando por todo. Está claro que el proyecto que iniciaron con el ascenso a la máxima categoría está dando sus frutos y ahora esperan que los resultados mejoren y que puedan seguir codeándose con los mejores equipos de la División de Honor.

Mención especial merece también el Hernani, que tras las anteriores intentonas fallidas ha logrado el ascenso a la División de Honor y lo ha hecho, además, por el camino más largo y tortuoso. El equipo de Landare consiguió con total autoridad el titulo de su grupo, por lo que se tuvo que enfrentar al Cisneros. El ascenso estaba más cerca que nunca, pero los guipuzcoanos no lo consiguieron en el primer intento. Luego tenía que jugar dos eliminatoria. Si superaba la primera, en la segunda se la jugaba ante el último de la División de Honor. Por lo tanto, el ascenso se complicaba demasiado.

El Hernani superó primero al Bera Bera, tras dos partidos intensos, y selló el ascenso ante el Alcobendas. Ganó por un solo punto en casa, pero también ganó en Madrid y los guipuzcoanos ya están en la élite.

En la próxima temporada habrá cuatro equipos vascos en la categoría, algo jamás visto hasta ahora. Ordizia, Getxo, Gernika y Hernani, jugarán en Honor, sin olvidar que el Biarritz y el Aviron están en la Top 14, la mejor liga de Europa y para muchos también el mejor torneo doméstico del mundo. Seis equipos vascos en la élite, un sueño que se ha hecho realidad en un deporte que va creciendo cada día más en Euskal Herria. El estadio Jean Dauguer de Baiona ha tenido la mayor afluencia de público durante el curso, con una media de 15.000 espectadores, y 9.000 en Agilera. En los campos de Honor, la afluencia también ha sido grande, culminado con el partido que jugaron el Ordizia y el Gernika en Altamira, que congregó a más de 3.000 personas, llenando las gradas una hora antes de empezar el partido.