Jose Angel ORIA
DONOSTIA

La «crisis de las embajadas» no afecta a la ventaja de Obama

Las agresiones a las Embajadas estadounidenses y occidentales en el mundo musulmán han hecho a EEUU mover ficha, desplazando marines para proteger sus legaciones, y evacuando al personal diplomático no imprescindible de Túnez y Sudán. Obama observa impotente su fracaso en Oriente Medio, pero Romney se muestra incapaz de sacar partido a la situación.

Manifestantes paquistaníes queman banderas estadounidenses durante las protestas contra la película que se mofa del Islam. (Rizwan TABASSUM/AFP PHOTO)
Manifestantes paquistaníes queman banderas estadounidenses durante las protestas contra la película que se mofa del Islam. (Rizwan TABASSUM/AFP PHOTO)

Las autoridades sudanesas anunciaron ayer que han incrementado las medidas de seguridad para proteger las misiones diplomáticas en el país, dos días después de que grupos de manifestantes atacaran varias embajadas. «Nuestra evaluación de la situación en Sudán muestra que las legaciones no corren peligro», dijo el portavoz del Ministerio sudanés de Exteriores, Al Obeid Merauah, quien criticó los disturbios del viernes.

La decisión de Jartum no fue suficiente para el Gobierno de Canadá, que decidió cerrar varias de sus legaciones diplomáticas, incluida la de Sudán.

Las protestas y asaltos se suceden, agravando la sensación de absoluto fracaso de las políticas aplicadas desde hace años por las potencias occidentales, con EEUU a la cabeza, en Oriente Medio.

Poco o nada consiguen declaraciones que tratan de transmitir confianza, como las realizadas por las nuevas autoridades libias. El presidente de Libia, Mohamed Magarief, anunció ayer el arresto de al menos 50 personas presuntamente implicadas en el asalto del pasado martes al Consulado de EEUU en Bengasi, que se cobró la vida del embajador Christopher Stevens y tres miembros del personal diplomático.

El presidente libio declaró a la cadena estadounidense CBS que no todos los detenidos son de nacionalidad libia. El presidente Magarief defiende la teoría de que el ataque al consulado nada tuvo que ver con las protestas populares que tenían lugar en ese momento por el film antiislámico «La Inocencia de los Musulmanes». Declaró ayer a la emisora pública estadounidense NPR que «la idea de que este acto cobarde y criminal fue una protesta que se escapó de las manos es completamente infundada y ridícula. Creemos firmemente que se trató de un ataque calculado y planificado específicamente contra el consulado, empleando a los manifestantes como tapadera».

Ataque planeado o espontáneo

Washington no coincide. El ataque al consulado en Bengasi no fue planeado o coordinado y fue producto de la protesta espontánea contra la película, dijo ayer la embajadora de EEUU ante la ONU, Susan Rice. En una entrevista a la cadena ABC News, Rice explicó que, de acuerdo a la información que ha recopilado Estados Unidos, todo empezó de manera espontánea a causa de los disturbios de los extremistas, que contaban con armas pesadas.

El presidente del país más poderoso del planeta contempla, sin una estrategia de contraataque conocida, cómo escala la tensión en Oriente Medio, pero su rival republicano en las elecciones de noviembre no consigue sacar provecho.

El presidente Obama ha logrado forjarse una clara ventaja en la carrera hacia la Casa Blanca, combinando los actos de campaña con la gestión de la crisis en Oriente Medio esta pasada semana. El mandatario disfruta de un resistente margen desde la Convención Nacional Demócrata de hace más de una semana, mientras su rival republicano Mitt Romney se esfuerza por que la brecha no se profundice. Las últimas encuestas dan una sólida ventaja a Obama de cara a las presidenciales del 6 de noviembre, sobre todo en los estados clave que pueden decantar la balanza a su favor para lograr un segundo mandato.

Pero el impulso del presidente puede verse truncado si las protestas que proliferan en los países musulmanes, o en aquellos con una importante minoría musulmana, se cobran nuevas vidas estadounidenses.

De momento, según coinciden numerosos observadores, Obama no ha cometido errores de gestión tras la muerte el martes de cuatro funcionarios estadounidenses en Bengasi, lo que hubiera minado sus promesas electorales de garantizar la seguridad nacional frente a las críticas de Romney. El presidente gozaba de una ventaja de 10 puntos frente a su rival en un sondeo de CBS y ‘The New York Times’ en términos de política exterior antes de que estallara la crisis en Oriente Medio.

El equipo de campaña de Obama preferiría pelear las presidenciales defendiéndose en el campo, más llevadero para ellos, de la seguridad nacional que en el de la aletargada economía, que es responsabilidad del mandatario. «Pero si esto crece rápidamente (las manifestaciones antiestadounidenses) y vemos gente atacando los intereses de EEUU, entonces sí, la política exterior ganaría peso en la agenda de estas elecciones», afirmó Michele Dunne, director del Consejo Atlántico del Centro Rafik Hariri para Oriente Medio.

Sin embargo, Dunne considera que es poco probable que la economía deje de ser el tema dominante de los comicios aunque la violencia en el mundo musulmán continúe.

A ocho semanas de las elecciones

A ocho semanas de la votación y a tres del primer debate presidencial, Obama ha logrado hacer una efectiva campaña en los estados clave de Nevada, Colorado, Ohio, Florida, Wisconsin y Virginia, que se refleja en los sondeos. La encuesta del sábado de Gallup concedió a Obama el 49% de la intención de voto frente al 45% de Romney, mientras que RealClearPolitics dio una ventaja de tres puntos porcentuales al demócrata.

Si se confirman los datos de las estadísticas en noviembre, Obama lograría la reelección. Los analistas consideran que unos datos catastróficos de empleo en octubre aumentarían la presión sobre el presidente.

Los republicanos no están transmitiendo en público una imagen de pánico y sostienen que la posición de Romney mejorará, ya que cada vez más votantes ven una «clara y crítica diferencia» entre los planes económicos de ambos candidatos.

Las críticas de Romney a la gestión de Obama en la crisis de Oriente Medio llevaron al presidente a calificar a su rival de candidato que «dispara primero y apunta después» y a reiterar que el republicano no está preparado para asumir un papel en la escena internacional.