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BARAKALDO

Un camión con nitrógeno líquido vuelca junto al BEC

El conductor del camión cargado con bombonas de nitrógeno que volcó ayer junto al BEC ha dado positivo en alcohol y sustancias estupefacientes.

Sobre las 22.00 de ayer, un camión cargado con bombonas de nitrógeno líquido volcó en la rotonda junto al BEC y explotó parte de la carga, por lo que los bomberos tuvieron que actuar para controlar el incendio.

La Ertzaintza y la Policía local de Barakaldo establecieron un perímetro de seguridad de 500 metros y pidieron por megafonía a los vecinos de la zona que permanecieran en sus viviendas con las ventanas cerradas.

El camión ha sido retirado esta mañana con la ayuda de varias grúas, tras haber vaciado las bombonas que transportaba. Después se han llevado a cabo las tareas de limpieza. El acceso de la autopista A-8 hacia Barakaldo ha estado cortado durante varias horas, por lo que mientras han durado las labores de limpieza se han establecido unas vías de acceso alternativas de entrada y salida del municipio, por los centros comerciales Max Center y Megapark, así como por la carretera de la ría.

Positivo por alcohol y droga

El conductor del camión ha dado positivo en alcohol y sustancias estupefacientes durante los controles posteriores al siniestro, practicados por la Policía Municipal. El camionero, G.N.H., vecino de Barakaldo de 32 años, está acusado de un delito contra la seguridad vial.

Según han informado desde el Ayuntamiento, el conductor ha sido sometido a dos pruebas de alcohol, con resultados de 0,63 y 0,60 mg por litro de aire espirado. También ha dado positivo en el test de drogas tanto en THC (cannabis, marihuana...) como en AMP (speed y otras drogas sintéticas).

Las pruebas le han sido practicadas tras localizarle en su domicilio, ya que desapareció del lugar del accidente sin dar explicaciones. Los agentes de la Policía local le vieron, en un primer momento, junto al camión intentando apagar el fuego originado en el accidente y se sumaron a la labor con extintores, aunque no pudieron sofocar las llamas.

En ese momento, los agentes no le realizaron los controles al priorizar la seguridad de la población, debido al riesgo de explosión que existía. Los policías optaron por llamar a los bomberos y, junto a la Ertzaintza, establecieron un perímetro preventivo de 500 metros alrededor del suceso por el cual no se podía circular en coche ni a pie.