ALBERTO PRADILLA
MADRID

La Policía provoca el caos en Madrid con varias cargas contra los manifestantes frente al Congreso

«¡Sí se puede!», corean los manifestantes junto a la fuente de Neptuno, a escasos metros del Congreso. La Policía española ha centrado ahí las diferentes cargas que ha lanzado durante toda la tarde contra las miles de personas que han respondido al llamamiento de ‘Rodea el Congreso’.

A estas horas no se sabe el número exacto de las personas detenidas, que se cifran en al menos veintitrés. (Dominique FAGET/AFP)
A estas horas no se sabe el número exacto de las personas detenidas, que se cifran en al menos veintitrés. (Dominique FAGET/AFP)

Pese a la actuación indiscriminada de los uniformados, cientos de personas seguían a las 22.30 horas congregados en las inmediaciones de la Cámara Baja. Finalmente, a las 23.00 horas, una persona ha anunciado que se desconvocaba el acto y ha llamado a concentrarse mañana a las 19.00 horas junto al Congreso. Entre los motivos del llamamiento, «mostrar la solidaridad con la huelga general convocada en Euskal Herria». No obstante, a pesar del llamamiento, cientos de personas seguían en Neptuno a última hora de la noche.

No hay datos exactos sobre el número de detenidos, ni tampoco sobre el de heridos. La imagen de la tarde, con la Cámara Baja rodeada por miles de personas y los diputados refugiados en un Congreso blindado es la evidencia de la profunda crisis política (y económica) que sacude al Estado español. Del «no nos representan» de las primeras horas se ha pasado a un «Gobierno dimisión».

«Mi hijo no va a tener qué comer en el futuro», gritaba a última hora uno de los manifestantes. Un fuerte cordón seguía blindando en las inmediaciones del Congreso. Aunque la mayoría de participantes en la protesta ya han sido dispersadas por las calles aledañas.

Pese a ello, cientos de personas seguían coreando «vuestra crisis no la pagamos» y «lo llaman democracia y no lo es». Un ejemplo de que la situación en Madrid es cada vez más parecida a la de Atenas; a la espera de las consecuencias que traiga el rescate definitivo.

La primera de las cargas ha llegado a las 19.00 horas. Entonces, un pequeño grupo de manifestantes se ha acercado a la valla metálica que blinda el acceso al Congreso. No han tenido tiempo de moverla. Una primera acometida, entre las miles de personas que se abarrotaban frente a Neptuno, ha dejado un saldo de al menos 9 detenidos.

También varios heridos; uno de ellos ha tenido que ser inmovilizado por el Samur y evacuado al hospital ante una posible lesión lumbar. Sin mediar provocación previa, los antidisturbios cargaban, una y otra vez, contra personas que, en su gran mayoría, permanecían sentadas. En ese momento no han conseguido despejar Neptuno, que permanecía abarrotada y recibiendo, continuamente, nuevos participantes en la protesta.

La segunda carga, la más dura, se ha iniciado a las 21.00 horas. En este momento, grupos de antidisturbios han dispersado a cientos de personas por todo el centro de Madrid. Los incidentes han llegado hasta la estación de Atocha, donde cientos de personas trataban de refugiarse de los pelotazos. «¡Vente aquí si tienes cojones!», le decía uno de los antidisturbios a un chaval que le increpaba por haber golpeado a un compañero en el paseo del Prado.

En cuestión de minutos, los uniformados eran los únicos que desfilaban por esta avenida, tratando de dispersar a los manifestantes hacia el barrio de Lavapiés. No caían piedras, aunque sí se escuchaban esporádicos pelotazos. Muchos de los participantes en la protesta han tenido que refugiarse en los bares aledaños.

Paradójicamente, al mismo tiempo que las cargas se sucedían, la sesión en el interior del Congreso seguía su ritmo, ajena a lo que estaba ocurriendo fuera. «Si, son cuatro», decía un policía en la entrada de Cedaceros alrededor de las seis de la tarde. Claro, que el cordón de antidisturbios colocado a la altura de Canalejas impedía el acceso a quienes marchaban desde plaza de España.

El blindaje de la Cámara Baja ha llevado a la mayor parte de manifestantes a concentrarse junto a Neptuno. Aunque también se han escuchado consignas en otros puntos. A las 18.00 horas, por ejemplo, varios diputados de IU han salido en Cedaceros para solidarizarse.

Algunos de los manifestantes han silbado a su coordinador general, Cayo Lara, mientras que otros le han recibido con aplausos. En un plano secundario, tres diputados de Amaiur han salido también «como expresión de solidaridad internacionalista», y han aprovechado para llamar a participar en la huelga general que tendrá lugar mañana en Euskal Herria.

Más tarde, el sonido de los pelotazos y los gritos llegaba hasta el patio del Congreso. Algunos diputados se acercaron al exterior con cara de preocupación. La mayoría seguía dentro como si nada ocurriese.

Las cargas de hoy han abierto el camino al previsible «otoño caliente» que registrará el Estado español y ha supuesto un éxito de convocatoria para la plataforma ‘En Pie’ y la coordinadora, acosados por la presión policial durante las últimas semanas.

El viernes, con la presentación de los presupuestos, se conocerán más recortes. Todo ello a la espera del futuro rescate, que podría llegar después de las elecciones de la CAV y Galicia.