Ramón Sola
Iruñea

Madrid ya sacó a UPN de apuros en 1996 y 2007

La crisis actual del estatus del Amejoramiento resulta la más grave de estos 35 años, pero en otras dos ocasiones anteriores se ha enfrentado a opciones de cambio político profundo y gobiernos alternativos paralelos: 1995-1996 y 2006-2007. En ambas situaciones, la intervención de poderes externos a Nafarroa resultó decisiva para reconducir de nuevo las cosas.

El primer sofoco para los partidarios del estatus se produjo en 1996 y estuvo derivado de la escisión sufrida por UPN. La aparición fulgurante de CDN con diez escaños hizo posible un gobierno alternativo inédito, liderado por Javier Otano (PSN) y conformado por PSN, CDN y EA junto al apoyo externo de IU. El ensayo se prolongó durante algunos meses sin mayores contratiempos hasta que el tripartito activó la fórmula de un Órgano Permanente de Encuentro entre los gobiernos de Iruñea y Lakua. Pese a carecer casi de competencias, aquello resultó inaguantable para UPN.

Tras una amenaza directa de su dirigente Rafael Gurrea a Otano, días después aparecía la noticia de que el presidente navarro había titulado cuentas en Suiza. Otano dimitió en horas. Aunque nunca se probó, los rumores apuntaron a que la filtración partió de Madrid, y en concreto del entorno del propio PSOE.

El dato real es que Ferraz impuso automáticamente el final del Gobierno tripartito e incluso la autodisolución de la Ejecutiva del PSN –contraria a esta decisión– para dar paso a una Ejecutiva títere en manos de UPN.

El segundo sobresalto resultó doble y consecutivo. Las expectativas de cambio creadas en Nafarroa por el proceso de diálogo de 2006 (en Loiola se había planteado un estatus a cuatro con libre decisión de la ciudadanía navarra) fueron cortocircuitadas por una campaña anti-negociación liderada por el PP y acompasada por UPN. El mayor exponente fue la manifestación de marzo de 2007, en que el Gobierno navarro ponía la firma pero Madrid aportaba el mensaje y decenas de miles de manifestantes llegados en autocar.

Meses después, con el proceso de negociación ya concluido, reaparecía la opción de gobierno alternativo. El PSN se implicaba, pero de nuevo era Madrid quien lo impedía con un veto directo y público desde la calle Ferraz.