@zalduariz
Barcelona
Entrevista
Món Sanromà
Autor de ‘Qatar, el país més ric del món’

«El dinero del petróleo se lo queda un 15% de la población»

Periodista y Máster en Relaciones Internacionales, Món Sanromà (Igualada, 1986) trabajó entre los años 2009 y 2011 para Qatar Airways. De vuelta en Catalunya, acaba de publicar ‘Qatar, el país més ric del món’, en el que aborda la singularidad de un país inundado por petrodólares y que mantiene en la pobreza al 85% de su población extranjera.

Món Sanromà
Món Sanromà

¿Cómo cabe interpretar la reciente abdicación del emir?
La abdicación de Hamad Al Thani hacia Tamim Al Thani debe interpretarse como una continuidad del régimen, ya que ha sido una abdicación planeada desde hace años. Parece que va a seguir la misma línea, tanto internacionalmente como internamente, sin embargo, es posible cierto freno en temas de política internacional, ya que el hasta ahora primer ministro y primo del antiguo emir, que era bastante agresivo en temas de política internacional, ha dejado el puesto.

Se habla mucho de la influencia de la madre del nuevo emir. ¿Hasta dónde llega su poder?
La jequesa Mozah es realmente una persona muy influyente en Qatar. Hasta ahora ha habido una cierta lucha interna entre ella, que es presidenta de Qatar Fundation, y el primo del emir anterior, que era el primer ministro. Parece que la abdicación ha sido el momento en que la jequesa Mozah ha podido ganar esta lucha interna en las élites cataríes, ya que ahora el nuevo emir tiene como referente a su padre y a su madre, mientras que el primo ha desaparecido del mapa. Pero sigue presidiendo Qatar Investments Autority, que es el brazo inversor de Qatar, sobre todo en el extranjero.

El libro se llama ‘El país más rico del mundo’. ¿Quién se beneficia de esta riqueza?
Qatar tiene mucho poder y mucho dinero, sobre todo a raíz de los campos de petróleo y sobre todo de gas. Se calcula que tiene gas para 200 años y petróleo para 40. Detrás de eso está básicamente el emir, porque Qatar es un país autoritario y todo el dinero que recaudan de exportar gas y petróleo va a las arcas del Estado. Lo que hace el emir es repartir el dinero del petróleo entre los cataríes, que son un pequeño porcentaje de la población, representan el 15%.

¿Cuál es la situación de ese 85% restante?
La mayoría son trabajadores extranjeros muy pobres que están en una situación muy precaria. La mayoría vienen engañados desde sus países de origen, generalmente la India, Bangladesh, Nepal o Filipinas. Los traen a Qatar prometiéndoles un trabajo, se endeudan con compañías en su país de origen y, una vez allí, el trabajo que se encuentran es el de estar construyendo edificios a 50º durante 12 horas al día, siete días a la semana, a cambio de un sueldo bajísimo. No tienen derechos, no tienen sindicatos, no tienen derecho a huelga. Hay una maquinaria del Estado para que estos trabajadores sean explotados. Una maquinaria social, por la manera en que los cataríes tratan a los trabajadores, y también legal. Según la ley del ‘sponsor’, todos los trabajadores extranjeros que vayan a Qatar deben tener un ‘sponsor’, que puede ser una empresa o un ciudadano catarí, y que es el que autoriza al extranjero a venir al país y también a salir. En los casos en que los trabajadores se quieren ir, pues no pueden, porque van al aeropuerto y no les dejan salir.

Algo que habrá comprobado personalmente...
Yo estuve trabajando en buenas condiciones en una compañía catarí bastante buena, Qatar Airways, pero cuando quería salir del país tenía que pedir permiso a la compañía. Si había una emergencia y yo tenía que volver corriendo, no podía, iba al aeropuerto y me decían «no puedes».

Volviendo al 15%, la mitad son mujeres. ¿Cómo viven?
La mujer catarí está discriminada, pero sobre todo socialmente, porque políticamente lo está menos de lo que puede parecer. El ejemplo de la jequesa Mozah ha sido importante en este sentido. Les faltan ciertos derechos, por ejemplo, no pueden sacarse el pasaporte o el carnet de conducir sin permiso de su marido. Pero el mayor problema es el social. Ninguna ley obliga a la mujer a ponerse el velo, pero si no lo hace, la sociedad catarí le pone la cruz.

En cuanto a la política exterior existe cierta dualidad entre el apoyo a movimientos islamistas y la apertura hacia Occidente. ¿Cómo se entiende?
Internacionalmente, Qatar ha adoptado la política de ser amigo de todos. Es amigo de Estados Unidos, pero también es amigo de Al-Qaida. Han tenido un papel muy destacado en las revueltas árabes, sobre todo a través de mecanismos de poder blando, como sería la televisión Al-Jazeera, que ha sido la responsable de que las revueltas se extiendan de país en país. Hay muchos analistas que consideran que Qatar está intentando crearse una zona de influencia dentro del mundo árabe. Antes de las revueltas árabes había una gran potencia, que es Arabia Saudí, que estaba aliada con Jordania, Egipto, Túnez, y otra gran potencia que es Irán, que estaba aliada con Siria, con Hizbullah. Después de las revueltas, si observamos el mapa vemos que hay un montón de países que ahora se llevan mejor con Qatar que con Arabia Saudí.