@AritzIntxusta
IRUÑEA

El cambio que parecía imposibe ahora llega hasta Tutera

Los resultados en Nafarroa son, aritméticamente, un milagro. Los bloques del cambio y del régimen partían de una situación tan desigual que parece mentira que los números, al final, hayan salido.

María Chivite valoró los resultados en nombre del PSN. (Idoia ZABALETA/ARGAZKI PRESS)
María Chivite valoró los resultados en nombre del PSN. (Idoia ZABALETA/ARGAZKI PRESS)

Todo apunta a que el nuevo alcalde de Tutera se va a llamar Eneko. Nafarroa ha dado un vuelco de arriba abajo. La ciudadanía ha dado un mensaje clarísimo a quienes han sido llamados a gobernar. Quieren cambio, tienen hambre de que esto dé una vuelta. Los números para echar a UPN dan en el Parlamento, pero también prácticamente en todas y cada una de las grandes ciudades y cabezas de comarca.

La Nafarroa dividida por zonas después de 36 años de franquismo y otros 36 gobernada siempre por los mismos partidos pude haber empezado a acabarse. Lo único que falta es que las fuerzas que han conseguido despertar la ilusión de la ciudadanía estén a la altura de la tarea, que no es poca. Realmente, lo ocurrido anoche fue un auténtico milagro, un vuelco imposible en el que mucha gente creyó a pies juntillas. Si tomamos como referencia los anteriores resultados, el bloque del cambio sumaba 111.016 votos y el bloque de los partidos que ayer perdieron sumaba 185.781. Era sociológicamente imposible. Hasta que ayer se logró. Fue una victoria ajustada. De las que se recordarán.

Si se miran los resultados y el apoyo obtenido partido por partido, voto por voto, los números son sorprendentes. Geroa Bai, la fuerza que parece llamada a gobernar Nafarroa, sacó casi los mismos votos que Nafarroa Bai en 2011. Barkos ha obtenido 52.719 apoyos y, hace cuatro años, el resultado de su coalición matriz fue de 49.768.

EH Bildu (con 47.494) ha mejorado en cinco mil sus apoyos de 2011 y por ello también gana un parlamentario. Con todo, lo mejor de todo para la formación ha sido el hecho de quedar segundos en Iruñea (saltando de tres a cinco concejales), lo que les pone la Alcaldía a tiro. Y en el furgón de cola, el hecho de que la coalición de Izquierda Unida y Batzarre lograra mantener su representación en Parlamento y Ayuntamiento de Iruñea ha sido la que, a la postre, ha aportado el voto que faltaba.

Quizá lo más soprendente de todo sea que Podemos no ha quitado votos a ningún partido del cambio. Harán falta más estudios para determinar de dónde han salido los votos a Podemos, pero lo cierto es que, con una participación muy parecida a la de hace cuatro años, Laura Pérez y los suyos parecen haberse apropiado de los 30.000 votos que le han faltado a UPN, la mitad de los que pierde el PP y los 7.000 del PSN.

Y lo mejor es que el cambio se ha dado en todo el territorio. Empezando por Iruñea y terminando en Tutera, con ejemplos de candidaturas frescas que han traído aires de esperanza como la de las CUP en Tutera o Elkartu en Erriberri. Sin duda, un nuevo tiempo.

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