Asier VERA SANTAMARÍA

LA GUERRA SIRIA SE CUELA EN ISRAEL A TRAVÉS DE LOS ALTOS DEL GOLÁN OCUPADOS

Los drusos, víctimas del sectarismo criminal de grupos como el Estado Islámico o el Frente al-Nosra, han decidido no asistir impasibles al traslado por parte de Israel a hospitales de heridos en la guerra siria. En ataques a ambulancias lincharon a dos de ellos.

Israel insiste en mantener que su política respecto a la sangrienta guerra de Siria es neutral, lo que no ha impedido que este conflicto se cuele entre sus fronteras poniendo de manifiesto así que no todo el mundo piensa que está de brazos cruzados. Entre los que acusan al Gobierno de Benjamín Netanyahu de estar apoyando a los rebeldes sirios se encuentran los drusos, una minoría religiosa que cuenta con 110.000 habitantes en Israel y otros 20.000 en los Altos del Golán, ocupados por Israel desde la guerra de los seis días en 1967.

Esta pequeña comunidad, parcialmente integrada en la sociedad israelí –donde ocupa cargos en el Ejército–, se ha convertido en protagonista en los últimos días, después de que el pasado martes un indignado grupo de unos 150 drusos atacara con piedras una ambulancia militar israelí cerca de la localidad de Mashdal Shams (Altos del Golán). Su objetivo era impedir el traslado de dos heridos de la guerra de Siria a un hospital de Israel al considerar que se trataba de miembros del Frente Al Nosra, grupo vinculado a Al Qaeda, que el pasado 10 de junio mató a una veintena de drusos en la provincia siria de Idlib, según el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Segundo ataque en dos días

El ataque de los drusos a la ambulancia causó la muerte de uno de los dos sirios, mientras que el otro fue trasladado en estado crítico al Hospital Ziv de la localidad israelí de Tzefat. Además, dos soldados israelíes sufrieron heridas leves. Se trata del segundo ataque de estas características en una misma semana, ya que el pasado lunes los habitantes de la aldea drusa de Horfesh, cerca de la frontera con Líbano, atacaron una ambulancia militar que trasladaba también a dos heridos sirios a un hospital de Naharía, en Israel, al sospechar que se trataba asimismo de yihadistas suníes del frente Al Nosra o del Estado Islámico (ISIS) que están luchando contra los drusos al considerarlos una rama del Oslam chií y, por tanto, infieles. Desde que comenzó la guerra en el año 2011, los drusos, que representan el 3% de la población siria y que durante siglos han sido perseguidos por otras confesiones religiosas, se han mantenido por lo general leales al régimen de Bashar al-Assad.

Los manifestantes bloquearon el paso de la ambulancia y trataron de identificar a los heridos, si bien el vehículo logró zafarse y los drusos respondieron con el lanzamiento de piedras, por lo que tuvo que ser escoltado hasta el hospital. Precisamente, la policía israelí detuvo ayer en Majdal Shams a cinco sospechosos del segundo ataque, al tiempo que ha arrestado en Horfesh a cuatro supuestamente relacionados con el primero.

Estos sucesos han puesto en el punto de mira la decisión de Israel de atender desde febrero de 2013 a los heridos sirios en cuatro hospitales del país. Durante este periodo, más de 1.600 personas han recibido asistencia en los hospitales Ziv Medical Center, en Tzefat; Nahariya, en Galilea Occidental; Rambam, en Haifa, y Poriya, en Tiberias. Sin embargo, no todas ellas son civiles, tal como reconoció al diario GARA el cirujano máxilofacial del Hospital ZIV, Daniel Lesmes. «Muchos vienen con una barba muy grande y, por tanto, entendemos que son yijadistas o musulmanes extremistas, por lo que no sería raro que hayamos tratado a gente del Estado Islámico o de movimientos muy parecidos», reconoció.

Así, detalló que en ningún momento se les pregunta su ideología o procedencia, de manera que los médicos desconocen si se trata de civiles o de combatientes de las distintas facciones que luchan en la guerra, como el Estado Islámico o la filial de al-Qaeda Jabhat al-Nusra, atraídos todos ellos por unas modernas instalaciones sanitarias que contrastan con las de Siria, donde la guerra ha destruido el 60% de los hospitales.

En este sentido, indicó que los yihadistas tratan incluso de disimular que lo son afeitándose la barba antes de pedir ayuda para intentar pasar por civiles. Sin embargo, Israel niega que esté favoreciendo a uno u otro bando, sino que enmarca esta asistencia sanitaria en una política de «solidaridad», a pesar de las cuatro guerras en las que ha combatido contra Siria entre 1948 y 1982. De este modo, los heridos sirios tratan de llegar a Quneitra, en los ocupados Altos del Golán, donde el Ejército israelí tiene un destacamento y un hospital. En primer lugar, alcanzan la estación de la ONU, que los pasa a manos del Ejército israelí, que trata de curarlos, aunque a los más graves los conduce en una ambulancia militar a uno de los mencionados hospitales. Una vez dados de alta, son devueltos a su país.

Netanyahu y el líder druso

Por su parte, los drusos no comparten esta política y exigen a Israel que deje de atender a rebeldes e intervenga militarmente para proteger a esta comunidad religiosa de los grupos yijadistas, algo que no está en los planes de Netanyahu, quien ayer mismo se reunió con el líder de la comunidad drusa israelí, el jeque Moafek Tarif, para pedirle que calme a su gente.

«No permitiremos que nadie se tome la justicia por sus propias manos, ni estorbe a los soldados en el transcurso de su trabajo», avisó el primer ministro. Ante esta situación, tanto el Ejército como la Policía movilizarán efectivos en la zona en cuestión para impedir que los drusos vuelvan a atacar las ambulancias. Y es que a Israel no le interesa que se extienda a lo que considera su territorio una guerra que ha acabado ya con la vida de más de 200.000 sirios.