Casi doce años y muchos cambios en el Ayuntamiento de Iruñea han tenido que pasar para que se reconozca oficialmente que Ángel Berrueta fue murió por motivos políticos.
Berrueta, que regentaba una panadería en el barrio de Donibane, murió a manos de un policía español y su hijo porque se negó a colocar en su escaparate un cartel que culpaba a ETA de los atentados del 11 de marzo en Madrid.
Este jueves, mientras se celebraba la sesión plenaria, decenas de vecinos se han concentrado en la plaza del Ayuntamiento para reclamar ese reconocimiento tantas veces reclamado y negado hasta la fecha.
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