El president del Parlament, Roger Torrent, ya tiene encima de su mesa el esperado informe de los letrados de la Cámara catalana sobre el impasse provocado por el aplazamiento –que no suspensión– del pleno de investidura el pasado 30 de enero. Todos los letrados coinciden en señalar que no hubo ninguna investidura fallida y que, por lo tanto, el reloj está congelado y la cuenta atrás de dos meses para investir a un president no está en marcha.
En una situación ordinaria, tras la constitución del Parlament –se celebró el 17 de enero– se abre un periodo de 10 días para celebrar un primer pleno de investidura. Ese plazo concluyó el 31 de enero, pero como no se produjo el pleno, la vida parlamentaria se hallaba en un limbo legal que solo los letrados del Parlament podían resolver. Han tardado 10 en hacerlo.
En el informe, avanzado por medios catalanes, los letrados consideran que el aplazamiento del pleno no nace de la voluntad del Parlament, sino de las acciones del Tribunal Constitucional, que en vez de decidir si admite a trámite o no el recurso del Gobierno español contra la investidura de Puigdemont, se limitó a dictar unas inéditas medidas cautelares que, en la práctica, imposibilitaban la investidura del único candidato formal que existe.
Por ello, defienden que el reloj seguirá parado al menos hasta que el Constitucional decida sobre la admisión a trámite del recurso preventivo presentado por el Gobierno de Mariano Rajoy. Una decisión que algunas informaciones situaban a lo largo de la semana que viene, si bien no hay anuncio oficial ninguno por parte del propio TC.
Según coinciden medios catalanes, el informe ha provocado algunas tiranteces entre los letrados del Parlament, reflejados en el hecho de que el letrado mayor, Antoni Bayona, ponente del procedimiento, no ha firmado el informe final, que se presenta bajo la rúbrica del secretario general del Parlament, Xavier Muro. En cualquier caso, las discrepancias tienen que ver con las recomendaciones que Bayona realizaba a Torrent, las cuales no generaron consenso entre todos los juristas implicados. La decisión de que el reloj está parado fue adoptada por unanimidad.