Maite Ubiria
Biarritz

Otra persona sin hogar, y ya son tres en una semana, hallada muerta en Lapurdi

Un hombre de 42 años de edad ha sido encontrado muerto este mediodía en un parking subterráneo de Biarritz. En apenas una semana tres personas sin hogar han fallecido en Lapurdi.

El suprefecto Hervé Jonathan, en la visita realizada a los servicios que prestan ayuda a las personas sin hogar. (Isabelle MIQUELESTORENA)
El suprefecto Hervé Jonathan, en la visita realizada a los servicios que prestan ayuda a las personas sin hogar. (Isabelle MIQUELESTORENA)

Según ha avanzado el digital Médiabask, una persona ha sido localizada sin vida, hoy, hacia las 13.00, en Biarritz. La comisaría de la localidad ha confirmado que se trata de un hombre de 42 años de edad, cuyo cuerpo ha sido hallado en el parking subterráneo de Bellevue.

De acuerdo a las primeras informaciones aportadas por la Policía, el fallecimiento se habría producido hacia las 11.00. Los primeros indicios apuntarían a que el frío habría contribuido a agravar el estado de salud, de por sí precario, de esta persona. Entre otras enfermedades presentaba síntomas avanzados de sarna.

Este ciudadano fue atendido en diciembre pasado en la célula de urgencia de la casa Gilles, sita en Biarritz, pero no quiso quedarse allí más que un corto periodo de tiempo. Desde entonces vivía en la calle.

La asociación Atherbea, que trabaja en el acompañamiento de personas sin domicilio conocido (SDF), remarca que «estos ciudadanos atraviesan, debido a sus carencias, situaciones extremas de desocialización, por lo que en muchas ocasiones no quieren estar en los establecimientos de acogida».

Una de las demandas recurrentes de las asociaciones es que «sea reforzada la asistencia in situ», para lo que, según remarcan, «habría que contar con más servicios médicos móviles, que sean capaces de atender a estas personas en el lugar en que se encuentran».

Una célula móvil, integrada por trabajadores sociales y del ámbito médico-sanitario, podría ser una respuesta. Existen ya algunas experiencias, como la unidad siquiátrica del hospital de Baiona, que realiza este trabajo itinerante, a la vista de que estas personas, que muy habitualmente desarrollan afecciones mentales, raramente acuden voluntariamente a los centros hospitalarios.

La falta de programas de financiación estable ha impedido hasta la fecha apostar más decididamente por este modelo de intervención.

No obstante, tras la muerte de tres personas en el plazo de apenas una semana -el jueves de la semana pasada una persona sin hogar fue hallada muerta en Baiona y este miércoles otro más falleció en Bokale- parece imperativo relanzar ese debate para, además de mejorar las políticas paliativas, abordar desde una óptica más global el problema de la exclusión social.