El sindicato señala que «la determinación y la pelea de la plantilla han sido clave» para conseguir estos cambios respecto a la postura inicial de la empresa.
Añade que «el alto número de salidas voluntarias se debe a la falta de un proyecto ilusionante a futuro por parte de la empresa, y por la alta cualificación de los y las trabajadoras de Loxin, que facilita su incorporación a otras empresas».
Recuerda que «las reformas laborales han dejado a la plantilla de Loxin en una situación de desamparo que ha traído como consecuencia la destrucción de empleo en Navarra».
ELA advierte de que el actual marco regulador «permite la deslocalización y subcontratación sin límites ni controles, así como el nulo seguimiento de las subvenciones (desde 2008, Loxin ha recibido casi cinco millones, incluidos préstamos avalados por el Gobierno foral)».
En ese sentido, exige «a las instituciones navarras que ejerzan un riguroso control para evitar la destrucción de empleo por parte de empresas subvencionadas con dinero público».