Chris Froome ha escrito este viernes otra página en el libro de la épica. El inglés arrancaba la antepenúltima etapa en la cuarta plaza, a 3.22 del líder Simon Yates. La mayoría se hubiera conformado con guardar su plaza en el top-5, quizás atacar en la última subida para tratar de colarse en el podio.

Pero el del Sky tomó buena nota de las señales de flojera que ofreció ayer Yates, ha visto que el resto no estaba para alegrías y se la ha jugado desde lejos. Todo o nada restaban aún  unos 80 kilómetros cuando se ha marchado en la subida al Colle delle Finestre (Especial). Para entonces, Yates ya sufría lejos de la cabeza. Ha coronado con 40 segundos de renta sobre el grupo de Dumoulin.  El hasta hoy líder pasaba a más de 16 minutos.

La diferencia de Froome sobre sus perseguidores ya superaba los dos minutos en el alto de Sestriere (3ª). Al pie la ascensión a Bardonecchia (1ª), el inglés ya era el líder virtual, con 3.21 sobre el grupo de Dumoulin, Pinot, Carapaz y López. La diferencia se ha mantenido prácticamente hasta la meta.

Otro de los grandes damnificados de la jornada ha sido Pozzovivo, que ha perdido más de 8 minutos y se cae de la tercera plaza. Junto a él ha entrado Peio Bilbao, décimo en la etapa y que gana una posición merced a la debacle de Yates. El de Gernika es séptimo a 11.08.  

Froome es la nueva maglia rosa, con Dumoulin a 40 segundos y el francés Pinaud a 4.17. Este sábado se pone la guinda con 214 kilómetros y tres puertos de Primera en los últimos 85: Tsecore, Saint Pantaleon y Cervinia. Página especial de NAIZ.