Aretha Franklin ha muerto rodeada de amigos y familiares tras permanecer varios días en cuidados paliativos por el cáncer de páncreas que sufría, según ha explicado su representante, Gwendolyn Quinn.

«En uno de los momentos más oscuros de nuestras vidas, no somos capaces de encontrar las palabras apropiadas para expresar el dolor de nuestro corazón», ha dicho su familia en un comunicado.

«Hemos perdido a la matriarca y roca de nuestra familia. El amor que tuvo por sus hijos, nietos, sobrinas, sobrinos y primos no encontró límites», han añadido sus parientes, que no han detallado cuándo y dónde se celebrará el funeral.

Nacida en 1942 en Memphis (Tennessee, EEUU), Franklin, que grabó su primer disco con apenas quince años, llevaba en la música desde los años cincuenta y cuenta con grandes éxitos como ‘Respect’, ‘I Say a Little Prayer’ o ‘Think’, a los que se suma el haber ganado dieciocho premios Grammy. Su carrera le valió el apodo de ‘Reina del Soul’. 

En 1979 recibió su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y en 1987 fue la primera mujer que ingresó en el salón de la fama del rock and roll. En 2008, fue nombrada mejor cantante de todos los tiempos por la revista ‘Rolling Stone’.

También fue condecorada en vida con la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor honor civil que se concede en Estados Unidos, y con la Medalla Nacional de las Artes.

Icono incomparable del soul más apasionado, fue una referencia ineludible para las solistas en Estados Unidos y también emblema de reivindicaciones feministas y contra la discriminación racial. 

En febrero de 2017 anunció su retirada de los escenarios y aprovechó esa ocasión para asegurar que grabaría un último álbum con Stevie Wonder.

Ese disco, sin embargo, nunca ha llegado a ver la luz.

Su última actuación en público fue en noviembre de 2017 en un concierto en Nueva York de la Fundación Elton John para la lucha contra el sida.

La artista publicó en 1998 su autobiografía bajo el título ‘Aretha: From These Roots’ (Aretha Franklin: de estas raíces).