El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, ha informado en una rueda de prensa ofrecida en Yakarta de que de los 832 fallecidos por los terremotos y el posterior tsunami en el país 821 perdieron la vida en Palu y los restantes 11 en el distrito de Donggala de la isla indonesia de Célebes,
Sutopo ha explicado que aunque continúan cortadas las comunicaciones con Donggala han podido recibir informes sobre estas muertes. Palu, capital de la provincia de Célebes Central, es la zona más castigada por el tsunami.
La catástrofe se inició con un terremoto de 6,1 grados que causó un muerto y 20 heridos. Unas 30 horas después ocurrió el seísmo de 7,5 grados y el posterior tsunami. Los terremotos no han dejado de registrarse desde entonces en la región y mantienen en tensión a los habitantes.
Los problemas más acuciantes son rescatar a las personas atrapadas en los edificios derruidos, encontrar a los desaparecidos, asistir a los damnificados y restablecer los servicios básicos y las comunicaciones.
El archipiélago de Indonesia se encuentra enclavado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, lo que le convierte en escenario recurrente de este tipo de fenómenos. Casi 500 personas murieron en julio y agosto por una batería de seísmos que afectaron principalmente a la isla de Lombok.
