Pello Guerra

La restauración del claustro de la catedral de Iruñea podría finalizar en 2019, antes de lo previsto

Las obras de restauración del claustro de la catedral de Iruñea avanzan a buen ritmo y podrían estar finalizadas en 2019, un año antes de lo previsto. En estos momentos, los trabajos se centran en los dos últimos tramos por restaurar, donde ha quedado al descubierto un inusual escudo de los monarcas navarros.

Inusual escudo de los monarcas navarros localizado en la restauración del claustro de la catedral de Iruñea.
Inusual escudo de los monarcas navarros localizado en la restauración del claustro de la catedral de Iruñea.

El lateral o panda sur es el espacio en el que se trabaja en estos momentos, después de que las obras hayan terminado en los tramos norte y este. Pero el lateral oeste, el último en ser remozado, ya está cubierto por los andamios, lo que indica que los trabajos podrían terminar en 2019, un año antes de lo previsto y tres años después de que dieran comienzo.

En la panda sur se han restaurado los pináculos desgastados por el paso del tiempo y sobre todo por la acción de la lluvia, que ha desmigado la piedra caliza con la que fueron realizados en el sigo XIV.



Las visitas que hasta diciembre se están llevando a cabo en la zona permiten constatar a vista de obra ese deterioro que han sufrido los elementos en piedra del claustro y cómo se realiza su restauración a base de mortero elaborado con piedra.

El recorrido por el andamiaje ofrece la posibilidad de contemplar a una altura inusual y próxima algunos de los elementos más destacados de ese lateral del claustro, como es el caso de una de sus decoradas puertas, la conocida como Preciosa. En este conjunto destacan figuras que delatan la época en la que fueron realizadas, como los soldados judíos representados, que lucen armaduras propias del siglo XIV.



Esa visita en altura permite comprobar la decoración de las claves de las bóvedas, donde todavía se aprecian restos azules de la policromía original. Así, ese color aparece decorando unos relieves en los que están representados una matrona de Jesús, Cristo crucificado, la adoración de los pastores o San Lorenzo quemándose en la parrilla.

Pero una de las grandes sorpresas que han deparado estos trabajos ha sido el hallazgo de la peculiar representación de un escudo en el extremo de una bóveda situada en la interjección de las pandas este y sur.



En la bóveda aparecen claramente representados la flor de lis de la Casa real francesa y el carbunclo de Nafarroa. En principio, podría ser el escudo de los monarcas navarros bajo cuyo cetro se levantó el claustro. Pero algo no cuadra en ese gran escudo, ya que los cuarteles (las partes que integran un escudo en heráldica) presentan un orden inusual.

En el caso de la dinastía de los Evreux, que realizó importantes obras en el conjunto catedralicio, en los dibujos superiores aparecen el emblema de Nafarroa y al lado el de la flor de lis, para en los dos inferiores intercambiar su posición. En cambio, en el caso de la imagen aparecida en el claustro, la flor de lis ocupa el primer espacio, seguida del carbunclo navarro y en la parte inferior a la inversa.

La única explicación posible para ese orden es que el escudo hubiera sido pintado en el claustro en tiempos de los reyes franceses que también eran soberanos de Nafarroa, es decir antes de la muerte de Carlos I el Calvo en 1328, ya que con su fallecimiento, ambas coronas se separaron después de 60 años compartiendo reyes y comenzó el gobierno independiente de Nafarroa de la mano de la dinastía Evreux con Juana II. Si se confirmara esta teoría, se trataría del único escudo de estas características que haya sido localizado.

Ahora queda por decidir si esa curiosa pintura es restaurada y se recuperan sus colores totalmente o si se deja como está para que se pueda ver tal y como ha sido encontrada.



Por el momento, esta ha sido la última sorpresa que ha deparado la restauración del claustro, en la que se han detectado, por ejemplo, elementos de madera que, en una remodelación anterior, llegaron a sustituir a partes de piedra que habían desaparecido por el paso del tiempo.

La actual restauración busca ser más respetuosa con el conjunto y lo suficientemente efectiva como para que pasen muchos años antes de que los andamios vuelvan a levantarse para rescatar de la destrucción uno de los mejores conjuntos arquitectónicos y escultóricos de nuestro territorio.