Un tsunami que sin activar las alarmas ha golpeado la costa del estrecho de Sonda, entre las islas indonesias de Sumatra y Java, ha causado la muerte de al menos 168 personas –todas ellas indonesias–, mientras que unas 750 han resultado heridas, según han informado equipos de emergencia.

El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres, en rueda de prensa, ha señalado que además hay una treintena de desaparecidos, y ha alertado ante la posibilidad de un segundo tsunami a raíz de la continua actividad del volcán Anak Krakatau.

Las autoridades achacan a un posible corrimiento submarino de tierra producido por la expulsión magmática del volcán las causas del desastre natural, que ha ha activado las alarmas al no registrarse un potente terremoto.

El volcán Anak Krakatau, de 305 metros de altura, ha expulsado magma, rocas y una columna de humo a más de medio kilómetro desde su cumbre y 25 minutos después han llegado las olas de hasta dos metros de altura al litoral.

Las autoridades indonesias han adelantado que el número total de víctimas podría continuar subiendo a medida que se acceda a lugares donde no han llegado hasta el momento los servicios de emergencia.

El tsunami ha afectado especialmente al distrito de Pandenglang, a unos 100 kilómetros al oeste de Yakarta, un enclave vacacional para los de la capital, donde «muchos turistas» se encontraban en las playas cuando las olas han golpeado el litoral.

Las autoridades han habilitado varios centros de asistencia para las víctimas y desplazados, así como provisiones de comida, agua, mantas y otros artículos de emergencia.

Indonesia se asienta en una zona de gran actividad sísmica y volcánica, y es sacudida al año por unos 7.000 temblores.

Es así que el pasado 28 de setiembre un terremoto de magnitud 7,5 desencadenó un tsunami que dejó más de 2.000 muertos y 200.000 desplazados. Entre el 29 de julio y el 19 de agosto una serie de temblores en la turística isla de Lombok, cercana a Bali, causó 564 muertos y más de 400.000 desplazados.