Agustín GOIKOETXEA @goikodeustu
BILBO

Cientos de personas arropan en Deustu a los agredidos en Salesianos

Cientos de personas se han concentrado en la plaza San Pedro, en el barrio bilbaino de Deustu, para mostrar su solidaridad con los exalumnos de Salesianos que en los últimos días han denunciado abusos sexuales y agresiones físicas por parte de docentes del colegio. Las víctimas han agradecido el apoyo de aquellos progenitores que hace más de tres décadas protestaron por esas prácticas y han criticado con dureza el encubrimiento por parte del centro.

Cientos de personas se han congregado en Deustu para arropar a las víctimas de Salesianos. (Luis JAUREGIALTZO/FOKU)
Cientos de personas se han congregado en Deustu para arropar a las víctimas de Salesianos. (Luis JAUREGIALTZO/FOKU)

En silencio, con gritos de apoyo a las víctimas al finalizar la movilización, cientos de personas se han reunido detrás de una pancarta con el lema ‘La verdad no prescribe. Haurren kontrako sexu indarkeriaren aurrean inpunitaterik ez!’.

Entre los presentes, ediles de PNV, EH Bildu, PSE, Udalberri y Goazen en el Ayuntamiento de Bilbo, mezclados entre vecinas y vecinos, muchos de los cuales han portado también carteles contra la impunidad.

En primer lugar, se han guardado unos minutos de silencio, antes de que dos portavoces de antiguos alumnos de Salesianos y amigos de algunos de los denunciantes hayan dado lectura a un comunicado redactado por las víctimas. Tras años de «soledad, miedo, vergüenza y culpa», víctimas de agresiones sexuales y físicas en el colegio de los Salesianos han querido dejar claro que el silencio ha quedado atrás en sus vidas. Han confesado que les preocupa que haya casos como los suyos más recientes, ya que el exseglar José Miguel San Martín Unamuno figura en la organización de campamentos de verano, han animado a denunciarlos.

Dirigiéndose a las hipotéticas víctimas, les han pedido que denuncien. «Si, en última instancia, la justicia no pone las cosas en su sitio, será la sociedad quien lo haga, y por eso estamos aquí. Se acabó el silencio», han enfatizado.

Han manifestado que les mueve «la sed de verdad. Porque la verdad nos está quitando un gran peso de encima». A quienes aún estén indecisos sobre si dar o no un paso adelante y denunciar, les han invitado a hacerlo ante la Policía y dar testimonio público de ello. «Dar a conocer la verdad y que se reconozca, sin excusas ni ambigüedades por parte de nadie contribuye a reparar nuestro daño y el daño que esto hace a toda la sociedad», han defendido.

A quienes cuestionan el momento en que han dado a conocer su calvario, les han recordado que «éramos niños, nos robó la infancia y eso deja una huella imborrable de la que hemos tratado de defendernos queriendo olvidar, tapar y enterrar. Somos supervivientes. Queremos empezar a vivir». Además, han agradecido la «valentía» de algunas madres y padres que acudieron hace décadas a denunciar lo que les estaba pasando a sus hijos en el colegio. «Nuestro más sentido y agradecido homenaje a vosotras que disteis la cara por nosotros y nos defendisteis», les han dicho.

Han confesado sentirse «muy dolidos, tristes y decepcionados» con la Congregación Salesiana, a quien acusan de encubrimiento, especialmente después de que hoy mismo, a través de un comunicado, el que fue su colegio ha reconocido que sabían desde 1989 de dos casos en los que estuvo implicado el docente conocido popularmente como ‘Don Chemi’, que poco después abandonó el centro y la orden religiosa. A día de hoy, se sabe que no fue un hecho aislado ya que salen a relucir nombres de varios salesianos y profesores del centro.

«La ambigüedad nos hiere»

«La ambigüedad nos hiere. Nuestros padres depositaron su confianza en vosotros. Nos merecemos claridad y contundencia, no solo respecto a las medidas que debéis tomar para que esto no vuelva a suceder, sino también respecto al reconocimiento de la verdad: teníais conocimiento de los hechos y corristeis un tupido velo. Sin reconocimiento pleno de la verdad el arrepentimiento no es creíble y la reconciliación es muy complicada», han censurado a los Salesianos.

No ha faltado un llamamiento a la clase política para que impulsen un cambio legislativo, para que «aberraciones» como las que les han tocado vivir no prescriban y tengan ellos y otros la posibilidad de defenderse. «Cuando éramos niños, se aprovechó de nuestra indefensión», han añadido, dejando bien claro que el silencio se ha acabado, como ha repetido en ocho ocasiones.

Antes de concluir, se han acordado de otras víctimas de la pederastía, no solo de las que han ocurrido en el seno de la Iglesia católica, también de niñas, en su mayoría, que los han sufrido en sus familias o en círculos cercanos. Han dicho que se ponen a su lado «porque solo unidas y unidos podemos curar nuestras heridas y evitar que otras y otros las sufran».