Sencillo pero a la vez emotivo recibimiento el que ha tenido lugar hoy al mediodía en el Casco Viejo bilbaino al expreso German Urizar de Paz. Han pasado casi 28 años de que dejase de caminar por las cales del Botxo, por lo que han sido muchos los que han querido saludarle y abrazarle.

Pasadas las 13.00, entre los sones de las gaitas, ha aparecido Urizar por el Portal de Zamudio, donde le aguardan cientos de personas que han ondeado ikurriñas y enseñas por la repatriación de los prisioneros políticos vascos. Tras el preceptivo agurra, acompañado de familiares y amigos, ya en el escenario varios personas y colectivos le han entregado ramos de flores.

Tras unos bertsos a cargo de dos jóvenes, los y las vecinas convocantes del recibimiento han recordado a los presos que aún permanecen encarcelados a cientos de kilómetros de sus hogares, en especial a los vecinos de las Siete Calles. A continuación, jugando con el número 28, han ido repasando la trayectoria vital de Urizar, así como apuntes de aquellos principios que le han mantenido cerca de tres décadas en prisión. A continuación, Urizar ha procedido a quitar su foto colocada en un extremo del escenario mientras se sucedían los gritos de «jo ta je irabazi arte».

Carácter político

Antes del inicio de una kalejira por la calle Somera ha tomado la palabra el expreso, con recuerdo especial para quienes han sido sus compañeros. Urizar ha destacado las razones políticas por las que les encarcelaron y la necesidad de «luchar» y «trabajar» por el regreso de todos los presos políticos vascos a casa.

A punto de finalizar su breve intervención, ha mostrado un cartel con el lema ‘preso bat GARA bat’ ante las «agresiones fascistas». En este día especial, antes de que los presentes entonasen en ‘Txoriak txori’, German Urizar ha gritado »gora Euskal Herria libre eta gorria». Tras la kalejira, en estos momentos, tiene lugar una comida en la que participan centenares de personas,