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MADRID

Pérez de los Cobos niega cargas y afirma que el 1-O se actuó con «exquisita proporcionalidad»

El coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, responsable de la coordinación policial para tratar de evitar el 1-O, ha señalado que «no hubo ninguna intervención contra votantes» aquella jornada y ha destacado que se actuó con una «exquisita proporcionalidad» para acceder a los colegios.

El coronel Diego Pérez de los Cobos, en el Tribunal Supremo.
El coronel Diego Pérez de los Cobos, en el Tribunal Supremo.

Pérez de los Cobos ha comparecido como testigo en el juicio contra el independentismo catalán a petición de la Fiscalía, que considera su testimonio fundamental para apoyar el relato de violencia que exige el delito de rebelión, por su rol como coordinador sobre el terreno de Mossos d'Esquadra, Policía y Guardia Civil ante el 1-O.

El coronel ha negado que ese día se produjeran cargas y ha explicado que «no hubo ninguna intervención contra votantes». La actuación policial fue, según ha dicho, de una «exquisita proporcionalidad», encaminada a entrar en los centros para retirar el material y «con el menor coste posible para los ciudadanos». En otros centros supo de la presencia de una pareja de Mossos apostados en la puerta de los centros que, a su juicio, más parecían dar imagen de estar custodiando una jornada electoral normal.

Y ello, ha dicho, pese a que a «hubo casos en los que la situación de violencia fue muy grave», como aquellas «imágenes de un guardia civil en el suelo recibiendo una patada en la cabeza» y otras «situaciones de mucha gravedad que por suerte no terminaron con consecuencias más graves» porque, en parte, los agentes «decidieron abortar para evitar males mayores».

El coronel ha descrito el «grado de virulencia» con el que se encontraron a primera hora de la mañana «en la mayoría de los colegios» con «grupos perfectamente organizados y jerarquizados», que mediante el «ejercicio de la fuerza física» trataban de impedir el acceso de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

«Había quien repartía instrucciones y quien ejecutaba, vimos gente encapuchada y gente alertar de la proximidad de los agentes» para preparar, ha señalado, «esas murallas humanas» dispuestas a actuar «con la mayor contundencia posible».

De los Cobos ha recordado aquella imagen que se volvió viral de «un agente de la Guardia Civil que cuando llegó la unidad a intervenir vio que un padre tenía a un niño pequeño sobre sus hombros y que el padre se encontraba en la línea de actuación».

Lo que sucedió después fue que «por supuesto se paró la intervención, se acerco al padre y le pidió que saliera con el niño».

«Pasividad absoluta»

Y todo ello sucedió, ha dicho, ante la «pasividad absoluta de los Mossos», que ha ilustrado en el binomio de agentes apostado en la puerta para «ofrecer una imagen institucional de unas elecciones al uso».

Como ya hiciera ante el juez instructor, el coordinador del operativo policial ha tachado de «estafa» el plan de los Mossos, desde su concepción con «binomios» de agentes sin capacidad para actuar, hasta su aplicación: «El mecanismo estaba hecho para que no funcionara».

El coronel ha explicado que hasta la madrugada del 1-O su equipo trabajaba con un escenario A y un escenario B.

El escenario A pasaba porque las FSE contaran con la colaboración de los Mossos para evitar el 1-O y el B, que según ha dicho, confirmó a primera hora que reunía las tres condiciones: «Insuficiencia, inadecuación e ineficacia».

De ahí que no entendiera que a las 9 de la mañana Ferrán López, el número 2 del mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, le enviara un correo pidiendo refuerzo en 233 centros de votación. Una petición «tardía y excesivamente voluminosa», según sus palabras.

A su juicio, habría tenido sentido si hubieran ido solicitando los refuerzos poco a poco y ellos hubieran actuado, pero la realidad no fue esa. Máxime cuando los Mossos habían ido a los locales a informar de que irían a las seis de la mañana y que si había masas de personas no iban a desalojar.

De modo que concluyó que tendrían que actuar por «propia iniciativa» y suspendió las cuatro reuniones de coordinación previstas porque no tenían sentido al haber desaparecido el primer requisito de la coordinación: «la unidad de propósito».

La realidad, según Pérez de los Cobos, es que el plan de los Mossos no parecía encaminado a detener el referéndum del 1-O, sino a permitirlo. Y por ello, en la conversación que tuvo con Trapero a lo largo de la mañana, ha señalado que recuperó una frase que el mayor había utilizado en una reunión anterior: «Cada uno será responsable de sus actos».