La embarcación Alan Kurdi se hallaba en los límites de las aguas territoriales de Malta, que inicialmente no había dado permiso para que atracase, al igual que le ocurrió ante la isla italiana de Lampedusa.

De los 65 inmigrantes que acoge a bordo, tres están bajo atención médica por desvanecimientos a causa del calor, según ha publicado la ONG Sea Eye en Twitter.

«Necesitamos urgentemente asistencia médica y un puerto seguro para todos los rescatados y para evitar así que su situación empeore», había instado la organización, que adjuntaba en la red social una fotografía en la que se mostraba a un joven tumbado sobre la cubierta del barco siendo atendido.

El rescate de estas personas tuvo lugar el viernes, a unas 35 millas (56 kilómetros aproximadamente) de la costa de Libia, en aguas internacionales, y desde entonces esperaban a que se les asignase un puerto seguro, pero Italia y Malta se negaron.

Tras el rescate, el Alan Kurdi puso rumbo a la isla italiana de Lampedusa, al igual que el barco de la ONG Mediterranea, que había rescatado el jueves a 54 inmigrantes con su pequeño velero Alex.

Reubicados fuera de Malta

El primer ministro maltés, Joseph Muscat, ha explicado que su decisión se produce previo acuerdo con la Comisión Europea y Alemania: «Malta transferirá a los 65 inmigrantes a bordo del barco Alan Kurdi a naves de las Fuerzas Armadas para que lleguen a un puerto maltés», ha tuiteado.

Ha aclarado que «todos los rescatados serán inmediatamente reubicados en otros países miembro de la Unión Europea», sin especificar cuáles.

«Ninguno de los inmigrantes permanecerá en Malta ya que este caso no estaba bajo la responsabilidad de las autoridades maltesas. Tres personas necesitan atención médica urgente y serán evacuadas de inmediato», ha precisado Muscat.

Además, distintos estados de la UE se harán cargo de otros 29 inmigrantes salvados por guardacostas malteses, «como señal de agradecimiento a la buena voluntad» del Gobierno de La Valeta.

El Alex, en Lampedusa

El sábado, el capitán del Alex invocó el estado de necesidad, entró en aguas italianas sin autorización y finalmente atracó en Lampedusa, desobedeciendo así la prohibición de entrar en el país del ministro de Interior, el ultraderechista Matteo Salvini.

Las autoridades italianas han desembarcado a los inmigrantes salvados por Mediterranea pero le han confiscado la embarcación y han impuesto una multa económica, de 16.000 euros según los medios locales, en base a un decreto de Salvini que penaliza a quien entra en aguas italianas sin permiso.

Además, el capitán del velero, Tommaso Stella, está siendo investigado por el delito de «fomento de la inmigración irregular» y por «violación del Código de Navegación» al no haberse detenido tras el alto de las autoridades cuando entró en aguas de Lampedusa.

«Tenemos dos naves confiscadas (la Mare Jonio desde mayo), la multa del decreto y hay que añadir los gastos legales. No tenemos una gran financiación, nos hace falta una ayuda enorme. Pero lo que es seguro que no tenemos ninguna intención de detenernos», ha avanzado la portavoz de Mediterranea, Alessandra Sciurba.