Nagore BELASTEGI
Donostia

Koldo Mitxelena recuerda a Menchu Gal con motivo del centenario de su nacimiento

Prevén que la exposición de Menchu Gal será la última antes de la remodelación del Koldo Mitxelena. Tras su cierre en setiembre, otra muestra en su Irun natal le tomará el relevo, donde en lugar de a los paisajes le darán importancia a las flores y a los bodegones con floreros.

Paisajes, retratos y bodegones dominan la muestra de Donostia. (Juan Carlos RUIZ / FOKU)
Paisajes, retratos y bodegones dominan la muestra de Donostia. (Juan Carlos RUIZ / FOKU)

23 obras llenas de color adornan las pareces de la sala Ganbara del Koldo Mitxelena. Esta exposición de Donostia, que podrá visitarse desde mañana y hasta el 28 de setiembre, es la primera parte de un homenaje a la gran pintora de Irun. Tras el cierre de la misma, otra exposición le tomará el relevo en su ciudad natal, donde se centrarán más en las flores y bodegones con floreros, y prevén que expondrán 30 piezas.

En cuanto a las que podremos ver en el Koldo Mitxelena, estas realizan un «recorrido diacrónico» que parte con un cuadro de 1943 que representa un puente de Ibarla, con toques «cubistas expresionistas», y culmina con un bodegón «matisiano» de 1980, tal y como ha explicado el comisario Edorta Kortadi.

Los paisajes son los protagonistas de la muestra, como no podía ser de otra manera, pero junto a ellos destacan retratos y bodegones. Las obras las han cedido el Museo Reina Sofía de Madrid, el Bellas Artes de Bilbo, San Telmo de Donostia, la Fundación Telefónica, el Ayuntamiento de Irun, la Fundación Kutxabank, la Diputación de Gipuzkoa y la propia Fundación Menchu Gal. Gracias a estas aportaciones podremos disfrutar de pinturas desconocidas para el público en general.

«Tal y como solía decir, pinta como respira, como vive», ha dicho Kortadi. Gal necesitaba el contacto con la naturaleza, solía pintar en exteriores y sin bocetos, directamente sobre el lienzo. Con sus colores, que surgían de lo que le venía de dentro, aportó a la Escuela de Vallecas el rojo y el verde, a pesar de venir de la pintura vasca, tradicionalmente «melancólica».

A pesar de su gran trayectoria, jamás estuvo segura de lo que hacía y hasta que murió dudó de su su obra aportaba algo a la Historia del arte.