Ion SALGADO
GASTEIZ

El hambre sigue aumentando y afecta a más de 820 millones de personas en el mundo

En el mundo hay 821,6 millones de personas hambrientas, y más de 2.000 millones con inseguridad alimentaria moderada o grave. Además, hay 20,5 millones de niños y niñas con bajo peso al nacer.

Un menor yemení con signos de malnutrición. (AFP)
Un menor yemení con signos de malnutrición. (AFP)

El hambre en el mundo ha crecido por tercer año consecutivo. Según el informe ‘El estado de seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo. Protegerse frente a la desaceleración y el debilitamiento de la economía’, publicado por la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Unicef, el Programa Mundial de Alimentos y la OMS, hay 821,6 millones de personas hambrientas, 513,9 millones en Asia, 256,1 en África y 32,5 en América Latina y Caribe. Además, el número de personas con inseguridad alimentaria moderada y grave supera los 2.000 millones.

«La falta de acceso regular a alimentos nutritivos y suficientes que estas personas padecen las pone en un mayor riesgo de malnutrición y mala salud», apuntan los responsables de las citadas agencias en el prólogo del documento, en el que se advierte de qie 20,5 millones de niños y niñas nacieron con bajo peso en el año 2015. Además, 148,9 millones de niños y niñas menores de 5 años presentaban retraso en el crecimiento, y 49,5 millones padecían emaciación, bajo peso para su estatura.

Estos datos ponen de manifiesto que será muy difícil cumplir el segundo punto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en el que se apuesta por «terminar con todas las formas de hambre y desnutrición para 2030 y velar por el acceso de todas las personas, en especial los niños, a una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año».

Ante esta situación los autores del texto remarcan que «nuestras medidas para abordar estas tendencias preocupantes tendrán que ser más enérgicas, no solo en su escala, sino también en términos de colaboración multisectorial». Y recuerdan que «al mismo tiempo que buscamos soluciones, debemos tener presente el frágil estado de la economía mundial. Desde que se produjo el fuerte debilitamiento económico mundial de 2008-09, la recuperación ha tenido un ritmo desigual en muchos países y las perspectivas económicas mundiales se están oscureciendo de nuevo».

A este respecto, destacan que «este año el informe observa que el hambre ha estado creciendo en muchos países en los que el crecimiento económico está disminuyendo». «Resulta sorprendente que la mayoría de estos países no sea de ingresos bajos, sino medianos, y que sean países dependientes en gran medida del comercio internacional de productos básicos primarios, añaden y remarcan que «las perturbaciones económicas también están prolongando e intensificando la gravedad de la inseguridad alimentaria aguda en contextos sujetos a crisis alimentarias. Si no se toman medidas, estas tendencias pueden tener repercusiones muy inoportunas en lo que se refiere a la malnutrición en todas sus formas».

«Debemos reconocer la importancia que tiene proteger la seguridad alimentaria y la nutrición en tiempos de dificultad económica. Debemos invertir sensatamente durante los períodos de auge económico a fin de reducir la vulnerabilidad económica y crear capacidad para resistir y recuperarnos rápidamente cuando surgen trastornos económicos. Debemos impulsar una transformación estructural a favor de los pobres e inclusiva que se centre en las personas y sitúe a las comunidades en el centro con el fin de reducir las vulnerabilidades económicas y que nos sitúe en el camino para acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición, al mismo tiempo que 'no se deja a nadie atrás'», manifiestan.

Obesidad, otro gran problema

En el informe también se recogen datos sobre otro gran problema asociado a la alimentación: la obesidad. En el mundo hay 40 millones de niños y niñas menores de 5 años con sobrepeso, 338 millones de menores en edad escolar con sobrepeso y 672 millones de adultos obesos. «Las tendencias del sobrepeso y la obesidad nos dan motivos adicionales de preocupación, pues siguen al alza en todas las regiones, especialmente entre los niños en edad escolar y los adultos. Los datos más recientes ponen de manifiesto que la obesidad contribuye a cuatro millones de muertes en todo el mundo y está aumentando el riesgo de morbilidad en todos los grupos de edad».