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Manifestantes hongkoneses mantienen el pulso en las calles pese a las prohibiciones

Hong Kong ha vivido hoy una nueva jornada de protestas y enfrentamientos. Los manifestantes que exigen más democracia mantienen el pulso en las calles a las autoridades prochinas a pesar de las prohibiciones. La Policía antidisturbios volvió a emplearse a fondo en la represión de las movilizaciones.

La Policía dispara botes de gas lacrimógeno contra los manifestantes en Hong Kong. (Vivek PRAKASH / AFP)
La Policía dispara botes de gas lacrimógeno contra los manifestantes en Hong Kong. (Vivek PRAKASH / AFP)

Una nueva protesta prohibida por las autoridades de Hong Kong ha enfrentado de nuevo esta mañana a manifestantes y a efectivos antidisturbios de la Policía, que dispararon múltiples botes de gas lacrimógeno y balas de goma para dispersar a las masas.

Aun sin información oficial, los medios locales se hacen eco de al menos una decena de detenciones –formar parte de una manifestación ilegal está penado en Hong Kong con entre 3 y 5 años de cárcel y multas– y del paso de varias ambulancias por la escena de las protestas aunque se desconoce el número de heridos.

Miles de personas se ha concentrado en el parque Chater, situado en el corazón del distrito financiero de la isla de Hong Kong, para un mitin que contaba con el visto bueno de las autoridades, que, no obstante, habían rechazado la petición de los organizadores de celebrar una marcha de unos dos kilómetros por supuesto riesgo de violencia.

Tanto el mitin como la marcha improvisada tenían como objetivo protestar por la actuación policial en las últimas semanas, ya que sus convocantes consideran que las autoridades han respondido de manera excesiva ante los manifestantes y de manera muy tibia en el suceso del pasado día 21 en el barrio periférico de Yuen Long, donde supuestos miembros de las tríadas (mafias chinas) atacaron a los activistas prodemocracia e hirieron a 45 personas.

Ayer, decenas de miles de personas celebraron una marcha en ese barrio, también desautorizada, que se saldó con al menos 23 heridos –dos de ellos de gravedad– y 13 detenidos, entre ellos uno de los organizadores.

Reformas democráticas

Hoy, grupos de manifestantes han salido de la zona autorizada en el parque Chater para dirigirse a la zona comercial de Causeway Bay y las inmediaciones de la sede de la Oficina de Enlace, el órgano oficial que representa a Pekín en Hong Kong, donde los numerosos agentes desplegados les han recibido con el lanzamiento de material antidisturbios, lo que ha derivado en enfrentamientos.

Las manifestaciones comenzaron a raíz de un polémico proyecto de ley que preveía facilitar las extradiciones a China, pero derivaron en un movimiento más amplio que reclama reformas democráticas, en un contexto de preocupación por la supuesta creciente injerencia de Pekín en los asuntos internos de la excolonia británica, que fue devuelta a China en 1997 con el compromiso de mantener hasta 2047 las estructuras establecidas por los británicos.

A pesar de que la jefa del Gobierno local, Carrie Lam, dio por «muerto» el proyecto a principios de mes, los manifestantes no se han dado por satisfechos y han seguido inundando las calles de la ciudad durante los últimos ocho fines de semana.