Las autoridades mexicanas han encontrado 4.974 cuerpos en 3.024 fosas clandestinas –la mayoría en los estados de Tamaulipas, Chihuahua, Guerrero, Sinaloa y Jalisco– desde 2006 hasta la mitad de agosto de 2019.

«La búsqueda de personas desaparecidas es la prioridad de esta administración y el principio rector de búsqueda en vida es fundamental. Y en caso contrario debemos regresar para trabajar a las personas a sus familias de una manera digna», ha señalado el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, que ha dado a conocer estos datos con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.

Encinas ha señalado que la mayor parte de las desapariciones de personas están ligadas al crimen organizado y otras están vinculadas a autoridades en el ámbito local, y ha advertido de que en los anteriores gobiernos «se pretendió invisibilizar y minimizar este fenómeno».

Ha explicado que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha aceptado la competencia del Comité de Naciones Unidas contra las desapariciones forzadas, que visitará México el segundo semestre de 2020. «México está abierto a la cooperación internacional y al escrutinio internacional, no tenemos nada que ocultar», ha manifestado.

«No se trata solo de números»

Por su parte, la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, Karla Quintana, ha remarcado que «no se trata sólo de números, se trata de miles de personas que están buscando a sus familiares». Y ha recordado que es la primera que el Gobierno mexicano ofrece oficialmente el número de las fosas, que ella misma ha calificado como «datos del horror».

Según datos oficiales, México registra más de 40.000 casos de desaparición y unos 26.000 cuerpos sin identificar en morgues.