Dabid Lazkanoiturburu

Pekín, vía Hong Kong, hace una cesión ante las protestas

La jefa del Gobierno de Hong Kong, Carrie Lam,  ha retirado definitivamente el  proyecto de extradición que dio inicio a las protestas que sacuden la excolonia británica desde junio. Satisface así una de las cinco exigencias de un movimiento opositor que desafía el monopolio del poder del PCCh en una reivindicación en la que trasluce un ansia independentista.

Carrie Lam, durante una comparecencia anterior. (Héctor RETAMAL / AFP)
Carrie Lam, durante una comparecencia anterior. (Héctor RETAMAL / AFP)

Después de tres  meses de protestas que suponen el mayor desafío de la excolonia británica al Gobierno chino desde la Revolución de los Paraguas de 2014, la jefa del Ejecuitvo de Hong Kong, Carrie Lam, ha anunciado la retirada definitiva de la polémica ley de extradición.

«Teniendo en cuenta las cinco demandas presentadas por los manifestantes, ya anuncié la suspensión de la ley y hoy quiero dejar claro que la ley está muerta», ha reiterado Lam en un discurso emitido por la televisión local, según informa 'The South China Morning Post'.

Las protestas comenzaron el pasado mes de junio por la intención del Gobierno de aprobar una ley que permitiría enviar a la China continental a cualquier sospechoso requerido por las autoridades de Pekín.

Miles de personas han tomado el centro financiero y el aeropuerto internacional de Hong Kong en estos meses para exigir la retirada definitiva del proyecto de ley, que consideran una afrenta al régimen de derechos y libertades heredado del periodo colonial.

El resto de peticiones son el establecimiento de una comisión independiente que investigue la brutalidad policial, la retirada de cargos contra los detenidos por las protestas, la retirada del calificativo de «revuelta» sobre las manifestaciones y la aplicación del sufragio universal para la elección del jefe del Ejecutivo local.

En espera de la reacción del movimiento opositor, que ya consideró en su día insuficiente la suspensión definitiva de la tramitación de la ley de extradicción, las exigencias de los manifestantes en materia antirrepresiva son difícilmente asumibles, pero no imposibles.

Sí parece serlo en principio la exigencia de sufragio universal en Hong Kong, ya que ello desafía abiertamente el régimen implantado por el Partido Comunista Chino en todo el país. Sobre todo porque, a lo largo de estas semanas de protestas, va quedando cada vez más claro que el objetivo que mueve a la vanguardia del movimiento opositor y a los sectores más jóvenes es la independencia del enclave.

Todo ello en un contexto en el que Lam goza, según las últimas encuestas, de la popularidad más baja jamás registrada por un líder del Gobierno local desde que Hong Kong regresó a manos chinas tras siglo y medio de dominación colonial británica.

No obstante, y pese a que los manifestantes han exigido una y otra vez su dimisión, la política negó ayer que hubiera ofrecido su renuncia a las autoridades chinas: «Jamás he ofrecido mi dimisión al Gobierno Popular Central (el Ejecutivo de Pekín). Nunca me he planteado dimitir. La elección de no dimitir es mía propia».

Así, Lam respondía a unas grabaciones obtenidas por la agencia de noticias Reuters durante una reunión con empresarios locales en las que se le escucha decir: «Si tuviera elección, lo primero (que haría) sería dimitir, después de haberme disculpado convenientemente».