El ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, ha presentado hoy el informe anual que cuantifica los daños que provoca el bloqueo financiero y comercial, impuesto por EEUU sobre la isla desde 1960 y que, según La Habana, ha costado ya 922.630 millones de dólares si se tiene en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional.

A precios corrientes, las pérdidas ascienden a 138.843 millones de dólares. Es decir, 4.343 millones de dólares anuales entre abril de 2018 y marzo de 2019, período que no recoge el más reciente endurecimiento del embargo con nuevas medidas de la Administración Trump desde abril, ha informado Rodríguez en rueda de prensa.

El canciller ha apuntado que con los ingresos dejados de percibir por bienes y servicios, el Producto Interno Bruto (PIB) de la isla habría crecido a precios corrientes alrededor del 10%.

En el informe se desgrana el impacto del bloqueo en los diferentes sectores y sus consecuencias para el desarrollo y el bienestar de la población. Se considera que la salud y la alimentación son «objetivos priorizados de las agresiones de los gobiernos estadounidenses» que «entorpecen» la adquisición de materias primas y equipos médicos para tratar enfermedades como el cáncer, causando en el sector pérdidas estimadas en 104 millones de dólares entre abril de 2018 y marzo de 2019.

Rodríguez ha señalado que entre el 6 y el 7 de noviembre Cuba presentará por vigésimo octava ocasión consecutiva ante la Asamblea General de Naciones Unidas el proyecto de resolución contra el bloqueo.

Esa iniciativa, que La Habana lleva a la ONU desde 1992, es el mayor éxito diplomático de la isla al haber recibido desde entonces el respaldo mayoritario de ese foro internacional. El año pasado obtuvo 189 votos a favor y solo dos en contra, de EEUU e Israel.

Expulsión «injustificada» e «ilegítima»

En la misma comparecencia en La Habana, el ministro ha rechazado la expulsión de EEUU de dos diplomáticos cubanos ante Naciones Unidas y la restricción adicional de movimiento que se aplica a otros por parte del Departamento de Estado del Gobierno Trump.

Ha calificado de «injustificada» e «ilegítima» la acción, tomada «sobre la base de calumniar a los diplomáticos» de la nación caribeña, la legación ante la ONU y a su país al acusarles de haberse «involucrado en actividades dañinas para la seguridad nacional estadounidense».

Rodríguez considera que esas expulsiones están relacionadas con intereses electorales. Ha asegurado que Cuba «dará respuesta apropiada y oportuna a estas acciones del Gobierno de EEUU, y hacemos un llamado a la comunidad internacional, en particular a la comunidad diplomática acreditada ante la ONU y al propio pueblo de EEUU, a repudiar estas acciones destinadas a dañar la relación» con la isla.

La propia legación cubana había señalado en un comunicado que Washington actuó en «flagrante violación de principios básicos del protocolo diplomático».

La nota insistía, además, en un mensaje ya expresado por Bruno Rodríguez en su primera reacción desde La Habana, en que consideraba que la decisión de EEUU busca «provocar una escalada diplomática que lleve al cierre de embajadas bilaterales, endurecer aún más el bloqueo (en referencia al embargo de EEUU a Cuba) y crear tensiones entre ambos países».

«Con estas acciones, el Gobierno estadounidense arrecia su hostil política contra la isla, lanzándose abiertamente a un curso provocador e injerencista contra Cuba. Continúa desconociendo que los principios de la diplomacia cubana no se negocian», insistió la misión diplomática.