Arnaitz Gorriti

Bilbao Basket se lleva uno de los derbis más emocionantes que se recuerdan (79-75)

Kirolbet Baskonia ha perdido ha Vildoza antes del partido y le han expulsado a Fall, pero han aguantado hasta los instantes finales, cediendo ante un Bilbao Basket que se ha agarrado al partido. También ha debutado Stauskas.

El debutante Nik Stauskas ve impotente la entrada a canasta de Ben Lammers. (Marisol RAMÍREZ / FOKU)
El debutante Nik Stauskas ve impotente la entrada a canasta de Ben Lammers. (Marisol RAMÍREZ / FOKU)

¡Denme diez derbis así cada año! ¡O veinte! ¡Qué agradable la sensación de tensión, del calor, de dejarse la garganta y celebrar la victoria o rumiar la derrota tras haberlo dado todo! Hasta polémica arbitral ha habido con las últimas defensas de un Baskonia que ha ido al puro suicidio cuando ha visto el partido perdido. Y casi le sale bien. Pero RETAbet Bilbao Basket se ha agarrado a sus ganas de seguir por delante y, oigan, es el segundo equipo de Euroliga que tumba en Miribilla. Pero sobre todo, ¡qué derbi!

Kirolbet Baskonia ha empezado el derbi horas antes de empezar, con la noticia de la baja de Vildoza, resentido aún del golpe en el hombro que se llevó frente al Khimki y que lo dejó fuera de combate en la segunda mitad del partido de Euroliga. Por tanto, Perasovic se ha encontrado con Pierria Henry como único base, pero con la opción de dar de alta a Nik Stauskas, cuyo debut en competición oficial se ha producido, por fin, a falta de tres minutos para terminar el primer cuarto.

El encuentro ha empezado con Miribilla en pie y un primer duelo en la pintura entre Balvin y Fall, con los bilbainos buscando sacar al senegalés lo más lejos posible de debajo de canasta. En ese sentido, se ha notado una mayor preparación del partido por parte bilbaina, cosa lógica por motivos de agenda, por lo que Mumbrú no ha dudado en meter a Emir Sulejmanovic en el quinteto titular en detrimento de Kulboka, siempre para tener a Shengelia bien vigilado. Más aún, la iniciativa del juego ha pertenecido a los hombres de negro en el arranque, por mucho que no haya dispuesto de excesivas ventajas. Balvin ha controlado a Fall y además ha terminado haciéndole daño en ataque. Sin que haya habido ningún anotador destacado, se ha visto subrayado el trabajo de mentalización colectiva de los bilbainos, aun a costa de cargarse de faltas. En el bando gasteiztarra, amén del debut de Stauskas –fallón en sus dos primeros intentos de tres–, ha sido Pierria Henry quien mejor se ha movido, superando a Rouselle y a Schreiner. En todo caso, los de Perasovic bastante han hecho en ese arranque con aguantar con 18-14 en el marcador, fruto de un triple de última hora de Janning, gracias a la pizarra del técnico baskonista. Empero, jugadores como Shengelia, con aparente superioridad física sobre Kulboka, no han estado nada a gusto.

El segundo cuarto ha sido de consolidación para los hombres de negro. Aunque Kirolbet Baskonia ha encontrado en los puntos de Ilimane Diop una buena forma de contrarrestar el alegre juego local, lo cierto es que la segunda unidad –y hasta la tercera, con el buen concurso de Iván Cruz o Sergio Rodríguez– ha afianzado la ventaja de los de Mumbrú no tanto en el marcador sino en el juego. Un juego, por otro lado, mediatizado porque Janning ha tenido que jugar algunos minutos de base.

Así ha llegado el primer amago de escapada del cuadro vizcaino, un 34-24 enjugado rápidamente por dos acciones en las que el Baskonia ha encontrado a Fall. Lo increíble es que durante la escapada bilbaina ni Rafa Martínez, ni un muy vigilado Bouteille, ni Balvin ni Kulboka han tenido mayor protagonismo, sino secundarios como Lammers o Iván Cruz, con un trabajo la mar de productivo así en anotación como a la hora de cargar el rebote, y por qué no decirlo, a la hora de sacar de quicio de Youssoupha Fall y Tornike Shengelia.

Para fortuna del bando gasteiztarra, después de que los hombres de negro se hayan escapado hasta el 40-31, han conseguido remontar de la mano de Pierria Henry, Garino y Shields, logrando un parcial de 0-9 que solo ha roto el mate al rbote ofensivo de Ondrej Balvin, que por otra parte ha servido para poner punto final a la primera mitad con 42-40 en el marcador.

«Derbi interruptus»

Entre revisiones, parones y amagos de discusiones ha transcurrido el tercer cuarto, con Bilbao Basket regalando tiros libres y Kirolbet Baskonia regalando más posesiones de las debidas. Todo el mundo ha tenido algo que decir y los árbitros, como si de los Cascos Azules de la ONU se tratasen, han tenido a bien estirar los momentos de tensión para hartazgo de Miribilla y enfriamiento general de un espectáculo de mejor nivel. El peor parado ha sido Youssoupha Fall, expulsado al ver una técnica –unida a la antideportiva que ha visto en la primera mitad– tras un pequeño rifi-rafe con Balvin.

Sea como fuere, y con el Baskonia cargado de personales, se ha puesto al fin por delante, después de una accidentada jugada que ha culminado Jannig para el 50-52 a falta de 3.34 para terminar el tercer asalto. No ha tardado en responder Bilbao Basket, con un «dos más uno» de Jaylon Brown. Otra asistencia del propio Brown para que Lammers haya podido machacar ante un impotente Henry ha elevado el 55-52, obligando a Perasovic a llamar a sus muchachos a capítulo, mientras que el Bilbao Arena ha vuelto a enchufarse y a saltar.

Sea como fuere, el último cuarto ha llegado con las espadas por todo lo alto, con 57-55 en el marcador y con la incertidumbre de cuál de los dos físicos iba a aguantar más.

El primero en pegar ha sido Jaylon Brown, que por su cuenta o bien buscando a Lammers mediante el pick'n roll, ha hecho un siete a la defensa baskonista en el arranque del último cuarto. Pero Kirolbet Baskonia se ha agarrado como una garrapata a la camiseta bilbaina y entre un par de canastas de shengelia y un «dos más uno» de Ilimane Diop, ha vuelto a ponerse al rebufo de los hombres de negro.

Cabe destacar que Alex Mumbrú ha apostado por el grueso de su plantilla «ascensora» durante muchos minutos del último cuarto, y que estos, como en el segundo cuarto, le han dado un rendimiento más que óptimo en las dos canastas, al punto de que una filigrana sin suerte de Pierria Henry se ha encontrado con la réplica en forma de canasta de Jaylon Brown que ha elevado el 68-64, obligando a Perasovic a pedir tiempo muerto, a menos de cinco minutos para el final.

Delirios en la grandeza

Pero entre los tiros libres que se ha dejado en el camino un incomodísimo Bouteille y un triple de Shengelia, Kirolbet Baskonia ha conseguido el empate a 69. Con todo, los hombres de negro han seguido en su empeño, de modo que la dupla francesa, tan apagada en este derbi, se ha conjurado sumando un parcial de 4-0 –en el caso de Rouselle, además, marcándose un Eurostep en las narices de Diop– para elevar el 73-69 y poner e Bilbao Arena del revés, con 2.23 por jugarse.

Rouselle, inopinadamente, se ha erigido en uno de los protagonistas del final del derbi. Primero, con una gran asistencia a Balvin, después con uan falta sobre Henry a 10 metros que ha terminado en canasta y que los árbitros han dado acción continuada.

El derbi, empero, ha reservado aún más galas para terminar. Un «alley oop» de Jaylon Brown sobre Balcvin y un ataque triple sin canasta del Baskonia, con el que parecía que el partido se quedaba en Bilbo. Los hombres de negro han querido especular, con 77-73 y menos de medio minuto, pero Janning ha logrado un gran robo para irse solo y anotar el 77-75, obligando a Mumbrú a parar el partido y a Miribilla a recuperarse del susto. Los hombres de negro han buscado la falta pero, muy al límite, el Baskonia ha conseguido robar y tener un último balón a 14 segundos. Tal ha sido la indignación de los 9.047 espectadores de Miribilla, que se ha tenido que revisar la acción, con resultado de balón para los bilbainos. 14 segundos y tiempo muerto y alegría contenida en el seno bilbaino. Los más de 200 seguidores baskonistas reunidos en el Bilbao Arena se han cruzado de brazos, antes de seguir con el «Jo ta ke, irabazi arte!» hasta el último aliento del partido.

El susto ha seguido un poco más, hasta que Thomas Schreiner se ha cobrado la falta y ha cerrado un derbi de los de lágrimas en los ojos, de los que te reconcilian con el basket en tu casa. Aunque tu equipo haya perdido y por supuesto, si ha ganado. Nos queda otro derbi en la segunda vuelta, en el Buesa Arena. Que sea así de bueno, así de emocionante, por favor.